sábado, 13 de junio de 2009

Postrado

20/8/08
A ver si así anda mejor la cosa... no, no. ¿y de esta manera? tampoco, no hay caso. Habrá que bancarla como estaba. Lo bueno es que puedo probar variantes hasta encontrar la manera menos molesta. Porque, convengamos, es molesto y nada más. No es un drama, tragedia ó situación irreversible, pero se hace largo. Pasa un rato, pasa otro rato y no pasa nada. Ya terminé de leer el libro y quiero esperar a empezar otro, más por fiaca que por querer saborear la obra recién terminada que, si bien me entretuvo, era medio rara, más bien estrambótica. Algo en la conciencia me susurra que fué una pérdida de tiempo.

Ahora me pica. No llego con mis dedos a ese lugar hoy recóndito que aguijonea mi humor. Por ahí había una aguja de tejer que me dejaron para eso y desprecié. ¿Dónde está? Acá. Ahora sí, que alivio! Media lágrima asoma en la comisura del ojo, acompañando la sensación. El techo del cuarto, ignorado siempre, pasa a ser un mapa detalladísimo de imperfecciones del pintor, de la limpieza y el efecto del paso del tiempo en minúsculas grietas que hoy parecen atroces heridas. La tela de araña de la esquina crece a diario, merced al trabajo de su propietaria que supervisamos a diario.


Falta un mes para que me den el alta. Es una eternidad con las ganas que tengo de jugar un fulbito. Uno. Más que ganas, una necesidad. ¿Cuánta gente se pondrá los cortos hoy? ¿y mañana? Encima, los días cada vez están más lindos para darle a la redonda.

Habrá que bancarla, nomás.

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