martes, 9 de junio de 2009

En la Carpa Verde

27/6/08

Una incursión por camping Congreso.
La carpa verde que no es verde, pero que te quiero verde, empapelada por fuera y por dentro de notas y cartelitos que empalidecen cualquier santuario de cultura popular y rodeada de un coglomerado cosmopolita en corrillos de intercambio de opiniones diversas que destilaban democracia y paredón a los chorros. Morgado, diputado K con aspecto linyero-popular junto a un amigo tuerto, escuchaba explicaciones de productores del NOA que sofrenaban sus expresiones. El rabino departía con un sujeto de aspecto agauchado falto de ducha en meses, gente paqueta y el torito inflado mirando al Congreso. Alderete y la CCC estrechan manos hoy amigas y mañana vemos. Me extrañó no ver un par hare-krishna fumándose un sahumerio.

En el kamping, el plasma aburría a 15 sujetos colocados a dedo en sillas tapizadas. El pigüino inflado le daba la espalda al torito. Señoras mayores increpaban a militantes rentados que repartían flamígera volantería. La karpa de Los Pibes mostraba más movimiento, merced al aporte gastronómico que dispensaba a simpatizantes profesionales. El resto del acampe no se sabía para qué estaba, dada la ausencia de público en su inrerior. Pasacalles colgaban de las farolas, amenazando a la población. Los medios buscaban la nota en la nada. En el medio, aparecieron más carpas, que no estaban con nadie. O contra todos.

Habló De Angeli, se armó tumulto atrás de la carpa empapelada y le pincharon la panza a uno, con una valla dijeron, mientras el Peque cantaba "qué pasó, qué pasó" en el frente. La policía del bigotón miraba con ganas la pizzería Nápoles mientras llegaba la ambulancia del SAME. Muchachitos de boina acanalada formulaban declaraciones a cientos de micrófonos. Cualquier cara lograba cámara. Vilma Ripoll encendió el lanzallamas acusando a los Libres del Sud que, casualmente pasaron por ahí. García Hamilton me preguntó si conocía al muchacho herido. "Yo no sé. Yo estoy acá", respondí y me presentó a un escritor. Castells salió de la carpa y Lucianito entró por atrás, custodiado por la CCC. Gente de CRA, con sobretodo largo, iban de acá para allá, en voz baja. Una manifestación de 200 motoqueros pasaron tocando bocina, respondida con aplausos de alivio por transeúntes que temieron tragedia al verlos llegar. El muchacho de la carpa hizo un comunicado a la prensa en cadena nacional virtual y se fué a jugar a la taba.

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