domingo, 7 de junio de 2009

Fulbito a pesar del fuego

18/4/08 Quema de pastizales en el Delta.

Literalmente, la cosa está que arde. El país está en llamas. El humo invade todo. No se salva ningún sótano ni bodega de su intromisión insolente e invasiva.
Accesos cortados, ojos y vías respiratorias irritadas, la prensa mundial haciendose eco del suceso, que es cuestión de estado formando parte de la agenda en las ríspidas negociaciones con el campo y en la situación lastimera por las pasteras con nuestro hermano país.
¡Hasta las fiestas familiares fureon postergadas por esta causa! Todo lo puede este desastre ambiental sin responsables a la vista.

La cotización del barbijo se disparó a límites jamás imaginados y varios diseñadores de moda trabajan febrilmente en modelos exclusivos que hagan elegante cualquier tos aguardentosa o "de perro" muy en boga estos días. El Cirque du Soleil incorporará un coro de mil personas tosiendo para musicalizar sus acrobáticos números.
Mientras tanto, Michael Jackson se ríe a carcajadas de altísimo tono de aquellos que se mofaron por usar barbijo en lugares públicos hace un tiempito.

Versiones y acusaciones de todo tipo circulan, pero el piromaníaco no aparece. La pista más firme que investigan Randazzo & Piccolotti conduce hacia un audaz intento de parrilleros argentinos de superar el asado récord que se hizo en Uruguay días atrás. Parece que se les cayó el kerosén en las brasas mientras pinchaban un chinchulín y se armó el desparramo.
Otra versión, más reservada y consistente, sindica a un tal Walter Astarloa que continúa lanzando fuegos artificiales en un interminable festejo por el triunfo de Racing, el equipo de sus amores masoquistas.

A los que asisitimos todos los martes al fulbito esta oleada de humo casi no nos afecta, ya que estamos acostumbrados a las vaharadas humeantes de la parrilla aledaña a la cancha, preñadas de aromas que afectan al juego más que la humareda en sí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario