viernes, 19 de junio de 2009

El borde de la felicidad

19/6/09
No fue fácil llegar acá.
Otra semana en la que hubo que sobreponerse diariamente a algo. Cuando parecía que todo se encaminaba, surgía un nuevo desafío. Quizás mínimo, pero un nuevo desafío al fin. Al principio, muchos parecen vallas insalvables pero cuando el elemento sorpresa desaparece y quita esa lupa distorsiva, la cuestión no es tan compleja. Y la encaramos para superarla. Pareciera que no se puede estar quieto un ratito. Mejor dicho, ocioso..

Casi siempre faltan cinco mangos para el peso. Un día se enferma un hijo. Al otro, las cosas van para atrás en el trabajo, ese que venimos edificando como hormiga. El auto al taller y a recomponer la logística familiar. El boletín de los chicos no está del todo bien, pero no es una tragedia. Después, todo se acomoda y tomamos impulso junto a la patrona. La vida continúa, hay que llevársela por delante y algo irresistible que nace en nuestro corazón nos da esa pasión para lograrlo. A veces, contagiando a algún prójimo.

Es sábado. La brisa acaricia, el sol baña el rostro. Algún ave canta en un ramaje cercano. Y la pelota, al pie, lista para rodar. Es un momento para paladear despacio, muy despacio.
"¿En qué pensás huevón? ¡Jugá que el referí ya tocó el pito!" El reto del Panza nos despabila y, sonriendo, le pasamos la pelota con toque corto y suave.

sábado, 13 de junio de 2009

Tarde

14/11/08
-¡Dale, Panza, que no llegamos más!- apuraba, ansioso, el Saliva desde el asiento trasero. El Panza, echado en su asiento, manejaba con la mano izquierda apoyando el codo en la ventana, sujetando el volante con los dedos índice y mayor. Con la otra escarbaba en las profundidades bajo su abdomen intentando resolver alguna incomodidad ó picazón circunstancial.
-Qué querés que le haga- respondió con modorra -Mirá lo que son estas calles de mierda- agregó, señalando el camino con el mentón.

La renoleta se sacudía en las desprolijidades de la calle, levantando una polvareda que le agregaba densidad al mediodía suburbano. Saliva, mordiendo su apuro, comenzó a cambiarse, costosa labor en el espacio reducido y bamboleante del asiento trasero. -¿Dónde estamos?- preguntó, somnoliento, el Juanchi, que acababa de despertarse. -El Panza está perdido y nos está haciendo llegar tarde. Ya deben haber empezado- rezongó Saliva mientas luchaba con una media demasiado seca y arrugada para colocársela fácilmente. El Panza ni se inmutó.

El portón, casi una tanquera, estaba abierto y el oscilante auto entra y estaciona bajo un ligustro. Antes que llegue a detenerse, Saliva salta y, con los botines en la mano, salie corriendo a la cancha. Juanchi, casi despejado, se cambia usando la puerta de biombo y salie al trotecito tras el Saliva, que ya había llegado a la cancha. El Panza, tranquilamente, agarra su bolso, cierra el auto y se encamina donde sus amigos, a quienes encuentra desolados al llegar, especialmente Saliva, que escudriñaba el horizonte buscando algún movimiento humano. Sólo había unos teros picoteando la hierba.

-¡Llegamos tarde, Panza! ¡Te dije que teníamos que salir antes! ¡Qué lo parió! andar a las corridas al pedo y encima bancarse la perorata de Lucio de acá a fin de año por el uocóber que les hicimos. ¡Mierda!- En silencio, Juanchi y el Panza escuchan la descraga de Saliva. Juanchi, más compungido.

Cuando terminó, el Panza, se adelanta y apoyando mansamente la mano bobre el hombro de Saliva le dice:
-Ya está, hermano. Ahora, vamos a la parrilla de Tito que, al pasar, ví que había puesto un costillar al asador que debe estar a punto.

Un gol

7/11/08
La pelota viajaba, casi flotando, hacia el corazón del área. Su vuelo ingrávido tenía una lentitud suficiente para generar cierta concupiscencia en los que estábamos metidos en el arremolinamiento humano que, como una ola marina, se iba formando en el rectángulo del área con medido avance hacia el arco. Como un surfista, el arquero enfrenta la ola y se incorpora a ella con el mismo fin, llegar a la pelota.

"¡Mía!" es el pensamiento único de los quince ó dieciséis hombres que, en improvisada coreografía sudorosa y agitada, saltamos estirando el cuello para llegar primero a ella y, con la cabeza, darle otro destino. De gol ó de córner, según el color de la camiseta. La escena parece detenida, como si la pelota, maquillada con esos filetes de colores, estuviera eligiendo su novio, veleidosa. Y todos casi suspendidos en el aire, expectantes.

De a poco se fue acercando, llovidita. La ola se comprime y gana en altura. En el amontonamiento estoy en buena posición, pero algo pasado. Me arqueo hacia atrás, por encima del forcejeo de brazos, hombros y cabezas transpiradas que quieren confluir en el mismo sitio. Mi pensamiento es sólo para ella olvidándome del cuerpo, que queda desbalanceado y casi horizontal.

Y la siento acariciar mi frente, acomodándome el pelo hacia un costado, como preparándome para la foto que pondrá en un lugar privilegiado. Por el esfuerzo, tenía los ojos casi cerrados. Luego de esa caricia, de ese beso único, para mí solo, partió con otro rumbo, fuera del alcance de todo mortal.

El silencio duró el tiempo de mi caída, aparatosa, sobre el pasto y algunos compañeros y rivales. Entonces vino el estallido del lado inesperado de la tribuna. Voces desconocidas gritaban "¡Gol!" y las más familiares se lamentaban con un "¡No!".

Tendido boca abajo no podía ni quería moverme. Siento unas palmadas en el hombro y la voz serena de mi capitán: "Arriba Marito, que ahora les vamos a clavar 2 a esos turros."

Crack & Krak

11/10/08
Pongo "Bundalele" de Os Paralamas do Sucesso para levantar un poco el ambiente que se viene el findex largo y lo quiero arrancar bien.

Por el mundo vuelan papeles que antes valían, ahora no valen y mañana no sabemos si estarán. Todos corren buscando alguno bueno para amarrocar. Incomprensibles gráficos de tendencias apuntan para abajo, todos en colorado sin importar qué indican. Y a su lado un operador bien alimentado con el rostro trastornado completa la imagen. Los gobiernos empiezan a mirarse el ombligo y sálvese quien pueda. El único que no cambia de cara es Putin. ¿Y en Africa qué pasa? ¿Sigue perteneciendo a nuestro planeta? A barajar y dar de vuelta, brothers.

A pesar de sentirse como si les hubieran partido una varilla de curupay en el lomo a esta altura del año, los del campo se juntaron en San Pedro y se fueron con los muchachos de las orgas sociales a darse una vuelta al Congreso, donde instalaron nuevo camping. Kris, con su característico timming, escupe rimmel, los reta y dice que va a tirar unos mangos para que siembren más trigo, cuando se aproxima la cosecha. Nadie compra la promesa, ya que todavía debe el alquiler de carpas del kamping de julio. Se viene el presupuesto para el año que viene y, como en Pink House no puede faltar agua mineral Perrier y hay que hacerle el service al Mini de Floggy, se recorta la coparticipación en unos cuantos puntos. Redistribuir es la consigna, pero para el otro lado. Hoy anduve en la línea E del subte y en las estaciones no hay ningún negocio. Ni puestos de diarios hay. Es la que va para el sur de la ciudad. ¿Tendrá algo que ver?

La valija con las 800 lucas sigue ahí y varios están con ganas de manotearla viendo la que se viene. La siliconada Telpuk anduvo por USA y parece que los muchachos del FBI tardaron media hora palpándola de armas y casi la contratan para alguna agencia de relaciones públicas, según le dijeron con el mentón tembloroso. No pudo ser porque la esperaban, junto a su minuto de fama, unos canelones a la Rossini en lo de Mirtha. Samantha Farjat, por lo menos, era más divertida. Mientras, Neurus manda a Papá Noel Uberti a salpicar con popó a Cleto, que usa su carta de servilleta para limpiarse el pesto que le quedó en la comisura.

Como no pudieron hacer la cancha en el Uritrorco, la Davis va a la Feliz donde tienen leones marinos amaestrados para hacer de ball-boys y comerle un pie a Rafa. Juega la selección (¿hay que aclarar que es la de fútbol?) este fin de semana y nadie se enteró. Y eso que es contra Uruguay.

Están repartiendo lo premios Nobel a gente desconocida por cosas que, parece, están copadas. ¿Será así? En fin, hace unos días eran 800.000. La semana pasada, 1.000.000 (un millón) se fueron a gamba a Luján y, entre otras cosas, escucharon que hay que aprender a escuchar. ¿Capisce?

Súper Tercer Tiempo

2/10/08
El año pasado nos juntamos en un par de ocasiones algún jueves perdido para hacer una suerte de tercer tiempo del fulbito de los martes. Los que fuimos lo pasamos fenómeno. "¡Paren el mundo que me quiero bajar! ¡Aquí no hay rato para respirar!" protestaba Banana en una de las canciones de un álbum cuyo original título era "Licuado".
Y eso fué hace mucho. Ni teléfonos con botones había.

Este año, que nos ha tenido (y parece que nos seguirá teniendo) a los barquinazos sin parar, a tal punto que quizás nos bajemos no porque el mundo pare sino por fuerza centrífuga, nos merecemos algo mucho mejor y el Grupo de Padres va a recontraredoblar la apuesta.

Todos necesitamos ese respiro, esa pausa, ese rato donde no hay problemas ni nadie parece culpable de nada ni cómplice de nadie. Miramos el reloj y... ¡Ya estamos en octubre! Se va el año y, seguramente, nos hayamos quedado sin poder juntarnos con el 78% de los amigos con los que nos hubiera gustado compartir una comida, asado o, aunque sea, una picadita. Se viene ese rush de fin de año que se llena de compromisos sociales, empresariales, etc. Agradables, sí, pero que exigen cierto esfuerzo.

Por eso, nos propusimos hacer en el Colegio algo que se nos ocurrió denominar Súper Tercer Tiempo porque tiene la onda de un tercer tiempo, pero que no es más que una excusa para juntarnos todos los matrimonios de los 3 colegios que nos unen y que nos divierta hacer algo sencillo para pasar un buen rato: pizza, empanadas, buen riego, postre y café. Sencillo y de paradito, el costo lo bancamos entre todos.

Algunas cabezas afiebradas están pergeñando un pequeño show y alguna que otra sorpresa. OJO AL PIOJO que, como dice el Doc, LO VAMOS A PASAR BOMBA.
"Pero si yo nunca fuí al fulbito", "No conozco a nadie", "Ni siquiera respondí un mail", "Soy muy malo al fútbol. Ni siquiera me gusta", "Estoy a régimen (?)", etc., etc. Son el tipo de frases destructivas y desalentadoras con poco fundamento que el maligno puede poner en alguna cabeza para minar la voluntad.
QUE QUEDE CLARO, ESTO NO ES UNA INVITACION A JUGAR AL FUTBOL. Por ese lado, no hay excusas.

Fulbito plebiscitado

5/9/08
Esta semana está siendo plebiscitado el sentido de continuar con el fulbito como se viene haciendo, buscar una variante ó dejarlo de lado.
Quien suscribe estas líneas aprovecha, se abusa y agradece los conceptos vertidos sobre los irónicos párrafos delirantes garabateados en cada convocatoria, cuyo objetivo siempre fué mantener y reforzar un sentido de afinidad, confianza, pertenencia y cierto compromiso al grupo. Un entusiasmo literario de bajo vuelo quizás dispersó ese fin, por lo que pido disculpas.

Todas las respuestas recibidas (20% de los integrantes, esperamos muchas más) abogan, ruegan, imploran por la continuidad del fulbito, algunas proponiendo hacerlo semana por medio, como para no sobrcargar la agenda y hacerla más elástica.
A su vez, varias (50%) vienen con pedidos de disculpas por no haber asistido ó haber dejado de hacerlo, adujendo motivos incuestionables.
Quede esto en claro: NO SE ESTA PIDIENDO CUENTAS A NADIE POR NINGUNA AUSENCIA.
Esto es una convocatoria "de onda", para el que le plazca cuando le cuaje, a diferencia de los actos de gobierno, donde el que no va a aplaudir, pierde.

Todos estamos en nuestro derecho de quedarnos en casa desparramados en un sofá mirando a Bob Esponja, asisitir a conferencias sobre la ciencia infusa, llevar a la patrona a una rateada nocturna entre semana ó atajar los penales que nos tiran en casa, todos al mismo tiempo y en arcos distintos. Si voy, voy y si no voy, no voy. Sin explicaciones a nadie. Bastante tenemos que rendir cuentas a diario en el yugo y en casa.

Puede pasar que alguno arrugue porque piense que, técnicamente, es un choto al fulbo. Acá el choto es el que se cree bueno y no se banca que juegue uno que, a su criterio, es medio queso.
También puede pasar que "no conozco a nadie". Ninguno de nosotros nos conocíamos hasta que empezamos a mover la bola y voltear un par de birras después. Ahora con pizza.

Lo que motiva ese planteo es la situación de aquellos que, dejando algunas cosas de lado, incluso comiéndose algún epíteto marital (que se traduce en una factura a saldar en el corto plazo), han ido y se han encontrado huérfanos de fútbol, un martes a la noche y lejos de sus seres más queridos y una mesa mejor servida. Simplemente, no es justo.


Por lo pronto, respondamos este mail (a todos ó a mí) por sí o por no. No cuesta nada. No hace falta adornar la respuesta
Por si acaso, van las instrucciones:
1) cliqueo "Responder" ó "Responder a todos" y se abre un mail listo para enviar;
2) escribo: "estoy" ó"no estoy" (esta es la parte más difícil);
3) Cliqueo "Enviar".
Listo. Si nos lleva más de 10 segundos, algo falla en nuestra PC.

Minetras tanto, el Grupo de Padres toma como una orden las palabras que, en privado, transmitió nuestro Presidente FW (esto lo estoy tecleando de pie):
"En ningún caso desistir de la convocatoria es opción"
Se decide, pues, no innovar y redoblar la apuesta. A su vez, propone pelotear este tema el martes, luego del fulbito, con una cervecita fresca y una pizza recién hecha mediante, hallazgo del Táctico.

ATENTI que va el fotógrafo Aldo Cesa (no confundir con Sessa) a registrar unas placas que serán publicadas en el anuario del colegio y en carteleras de buscados por Interpol con jugosas recompensas.
Traer: Glostora para afirmar el jopo alicaído
Koleston rojizo-anaranjado para disimular las sienes plateadas,
Peluca de Pozzi para quienes refracten la luz del flash con el cráneo desnudo.
Corega para afirmar dentaduras temblorosas que hacen movida la foto.
Tabla de lavar ropa para poner bajo la remera, para recrear los abdominales marmóreos de antaño.

Fulbito stand by

3/9/08
Veníamos bien hasta estas vacaciones de invierno que, parece, actuaron como un anestésico a la convocatoria socio/cultural/seudodeportiva (con matices gastronómicos) de los martes.

De un invicto de un año largo, en menos de un mes nos comimos 3 uocóbers, walk overs ó fuck overs, según el cristal de ánimo con que se quiera denominar a una suspensión por falta de quórum. Algo está pasando y la pelota sigue en el canasto juntando polvillo.

Al Grupo de Padres se le plantea un sincero interrogante que puede resultar duro, punzante y hasta doloroso para algunos y de alivio para otros: ¿Vale la pena continuar con el fulbito? La premisa de esto es que quienes mandamos nuestras hijas/hijos a los mismos colegios nos conozcamos un poco más, aunque sea para que cuando nos veamos en un acto/reunión, el diálogo sea algo más enriquecedor que el siguiente:

-"Hola, yo soy el papá de XX"
-"¿Qué tal? Yo el de YY, que hoy actúa de tomate"
-"La mía hace de pollito. Es esa de allá"
-"Ah." (silencio largo, levemente incómodo)
-"¿Todo bien?"
-"Sí, ¿tus cosas?"
-"Bien" (otro silencio, ya ensordecedor)
-"Permiso, voy al baño" (raudo mutis por foro)

Los integrantes de este grupo somos aprox. 120, de los cuales hay cerca de 20/25 que participamos más ó menos activamente de esta movida.
Es más que probable que a alguno le rompa la paciencia y otros órganos vitales recibir estos mails y no se anime a pedir la baja, por una cuestión de caridad, timidez, fiaca ó masoquismo. Pero quizás se haya cumplido un ciclo y habrá que inventar otro que relance el objetivo principal, que es tender a la amistad. Esto lo hacemos entre todos y para todos.
Con toda la onda y ánimo positivo y constructivo, el Grupo de Padres deja planteada la inquietud y queda abierto a todo tipo de comentarios, sugerencias e, incluso, pedidos de baja.

Escena en el pórtico

12/6/09
- Mirá lo que es la fila, Panza. Es la primera y última vez que buscamos a este pibe.- Se fastidió el Bocha.
- Qué le vas a hacer. Si no lo buscamos nosotros no lo busca nadie. Y al flaco este lo necesitamos porque juega un montón- El Panza se arrellanó en el asiento de conductor con el brazo apoyado en la ventana.

Un sujeto luciendo uniforme intimidatorio, imitación grupo GEOF, se aproximó al auto del Panza, esgrimiendo una planilla.
- Buen día ¿a qué lote van? - inquirió con fría amabilidad.
- No sé -tartamudeó el Panza- ¿vos sabés el lote, Bocha?
- Ni idea - se desentendió el Bocha
- ¿A qué familia van a ver? - interrumpió el robocop privado, con un casi imperceptible soplido de fastidio.
- Flatto -Sentenció el Panza- Adivinando una mueca del Bocha, se anticipó - Sí se llama Flatto el muñeco este.
- ¿Su nombre? -
inqurió el vigía.
- Esteee... Leónidas Castrolnuovo- murmuró el Panza. Dirigiéndose al Bocha le espetó - Sí, me llamo Leónidas. ¿Algún problema? - Al Bocha le temblaba el mentón, pero contuvo cualquier sonido que pudiera salir de su boca. No quería alterar al Panza que ya estaba medio nervioso.
- ¿Me permite su documento? - retrucó el centinela
- 23.723...
- Su documento, por favor - lo cortó, abruptamente, el carcelero
- Mmhh... Bocha, pasame la billetera que está en el bolso. - solicitó, serio

Luego de una breve escena de lucha contorsionada contra el bolso en el asiento posterior, el Bocha obtiene la billetera. Con fastidio, el Panza alarga el documento al guardia, que toma nota de los datos y se retira.
La fila de autos avanza 6 metros cuando vuelve el custodio.
- ¿A qué Flatto va a ver?- consultó. La pregunta descolocó al Panza y al Bocha.
- ... mmm. Al pibe le dicen Tito, pero no sé cómo se llama. El padre tampoco ¿tenés idea, Bocha? - consultó.
- No. Es un tipo alto, grandote, morocho que anda en una camioneta azul, de esas que tienen tres filas de asientos. Dejame pensar...
- ¿Puede abrir el baúl, por favor?
- solicitó el vigilante, sorpresivamente.

El gesto del Panza se tornó serio y su rostro viró al rojo primero y al tiza después, producto de la dilatación y contracción violenta de las arterias que irrigan el cráneo. Para abrir el baúl necesitaba la llave, que estaba en el encendido. Si apagaba el auto, no sabía si arrancaría nuevamente. Sacó la mano por la ventana para abrir la puerta, pero no lo logró. El Bocha se bajó, dió la vuelta y abrió al tercer tirón. Con dolor, el Panza apaga el auto, saca la llave y se dirige a la parte trasera. La cerradura del baúl se hizo rogar al punto que la llave casi se quiebra en dos intentos fallidos por abrir. Una tenue nube de polvo se esparció por el aire al levantar la tapa. Tras ella un olor denso y húmedo invadió los rostros.
- Puede cerrarla - ordenó el símil policía.

Cuatro intentos hicieron falta para cerrarla, incrementando la violencia entre uno y otro. El Panza sudaba cuando subió el auto. La fila había avanzado unos metros y se alargaba atrás con varios vehículos.
- gh gh gh gh... gh gh gh... ...g h... - fueron las toses agónicas del auto en el primer intento de arranque. - ...tá madre! - ladró el Panza.
- DANTE! - gritó el Bocha, asustando al Panza y al personal de sguridad - Se llama Dante el padre del Tito. Le dicen Caco. - completó, radiante.
- Aguarde un segundo - anunció el hombre de negro.


La fila avanzaba y los autos de atrás se adelantaban al del Panza, que ya pasaba a ser un obstáculo. Al pasar, se escuchaban trazos de frases que incluían la palabra batata y lejanas risas.
Vuelve el uniformado.
- No contestan en la casa. Le voy a pedir que se corra al costado así puede pasar la gente. - volvió a ordenar, adusto, acentuando innecesariamente "la gente" al final.

Otro intento fallido de encendido, acompañado por un fuerte olor a nafta, los obligó a bajarse a empujar el auto, bajo la supervisión del guardián. El sol, en su cenit, les recordó que el tiempo se acababa.
- Llamalo al celular - Propuso el Panza, agobiado. Bocha lo intenta, vanamente. - Me atiende el contestador - expira, lacónico.
El tiempo pasaba lenta y pastosamente. Repentinamente, el Panza sube al auto y le da encendido con tanta furia que, luego de toses, estampidos y nubes negras, arrancó. La acelerada hizo flamear los hemerocalyx del simétrico cantero, preñado de color. El chirrido de las cubiertas gastadas espantó horneros, calandrias y algún tero.

Con uno menos, empataron cero a cero, que fué celebrado como un triunfo.

La primera nº5

1/6/09
Es enorme.
Enorme. No puedo creer que esto vuele tan alto y tan lejos con una patada. Nada más que una patada. Cuando trato, me duele el pie y apenas se aleja, como cansada, dos ó tres metros. ¿Cómo hacen? Se les deberían partir los huesos. ¿Y cuando el arquero saca con la mano? ¡La tira hasta la mitad de la cancha! Es imposible. Un día estuve en una cancha de esas y es inmensa. Me hace acordar al campo de mi tío.

Porque cuando la quiero levantar, no llego a rodearla con los brazos y se me escapa. Parece que me dice que no tengo edad para tocarla. Pero ya tengo cuatro y si mi papá me la regaló es porque ya puedo jugar con ella. Si él sabe mucho más que todos.

"Es una número 5. La misma con la que Messi hace los goles", me dijo.
Y me revolvió el flequillo con la mano.

Después de la furia

22/5/09
El olor del linimento lo abofeteaba en su ascenso desde los muslos a la nariz. Sentado como estaba, la cabeza gacha y casi hundida en la entrepierna, el azote se hacía más intenso y doloroso. Ni transpirado estaba. Un ligero meneo de su cabeza negando algo íntimo e irreversible y secreto, era el único atisbo de vida en todo su ser. Cualquiera juraría que una lágrima furiosa se le escapaba en su silenciosa frustración.

El día y el entorno tampoco acompañaban. Frío, gris muy oscuro, viento y, para completarla, una fina garúa oblicua. Un lugar solitario, lejano, de difícil acceso con pocos y ralos árboles pelados por la época, que semegaban huesudas garras que emergían de un suelo amarillo por el ordinario pasto seco. Piedras, cascotes y ladrillos asomaban aquí y allí, poniendo en evidencia un relleno artificial del predio, de precaria nivelación y pobre fertilidad.

En su depresión, levantó la cabeza para ver qué pasaba en la cancha con sus compañeros que seguían debatiéndose contra un rival superior. Una mezcla de sensaciones, todas negativas, lo dominaba al tiempo que su pensamiento se dirigía temerario e irracional, como a través de un cristal rojo, al árbitro del juego. Su vista tropezó con la anatomía del Panza, cuyo emblemático abdomen casi le tocaba la nariz.

"Sos un pelotudo, Bocha. Dejarnos con uno menos al minuto por venir caliente con el 5 contrario del partido anterior es una cagada que te mandaste. Aceptalo. Esperemos que no nos llenen la canasta otra vez. Te repito: sos un pelotudo." - sentenció el Panza, que giró y fué a alentar al equipo.

Después del pelotazo

18/5/08
Es la nada absoluta. No hay colores, tampoco olores. Ni frío ni calor. El tiempo y el espacio han perdido dimensión, al punto de no saber si son infinitos o extremadamente pequeños, mínimos. La ausencia de movimiento es total que, sumada a la ingravidez, completa el cuadro de vacío. Un vacío en el que los sentidos no tienen razón de ser. Impera sólo el tan mencionado como nunca bien definido sexto sentido, que apenas evoca la vaga y fugaz imagen de una pelota explosivamente luminosa, como el obturador de una cámara fotográfica para alta velocidad.

Primero, son sordos balbuceos. Versión sonora de imágenes difusas. Algo de luz vira el negro a un gris plomizo que, lentamente, gana en claridad. La sensación de sequedad crece en la garganta, al tiempo que un frío casi líquido asciende por el centro de la médula espinal. "Abrió los ojos" se alcanza a comprender en tanta confusión, ahora giratoria como un tiovivo. El dolor irrumpe y se expande por la cabeza, cual bestia que pugna por salir desde la masa encefálica a través de la cavidad craneal.

Se hace la luz. "¿Estás bien pibe?" repite con preocupación una voz algo más grave y lenta que la del capitán del equipo, cuyo rostro toma forma más nítida mientras anónimos brazos ayudan a incorporarse. Merced a la acción del agua, otra ola de frío despabila los sentidos y permite reconocer el entorno. El verde de la gramilla, entreverado con manchas marrones y claras de partes peladas y secas nos traen de vuelta a la cancha. El dolor ardiente del rostro persiste mientras nos incorporamos. Lejanos y escasos aplausos preanuncian la continuación del partido.

"Menos mal que estabas ahí, Panza. Si no, ese bombazo se mete adentro y esos chotos nos cagan."

El Colo

19/12/08
El me la pasaba y yo se la devolvía. Así era todo el tiempo desde que volvíamos del colegio hasta que ya no se veía la pelota y había que ir a comer. Todos los días igual. Cuando llovía ó hacía frío, nos ligábamos unos retos, de yapa. Con esas patitas de tero, típicas de los 8 años, hacíamos dupla en la defensa del equipo de la clase. Pocas veces discutíamos porque era más fuerte nuestra amistad, reforzada por el parentezco de primos que teníamos con el Colo. Su nombre, Alfredo, hasta él lo había olvidado y se presentaba como el Colo. No era pelirrojo, pero tenía el pelo más claro que el resto, por eso le pusimos así. Además, en la cancha los nombres tienen que tener hasta dos sílabas, si no, se complica pedir la pelota y cantar un pase ó señalar una marca.

En la secundaria armamos nuestro equipo. El tío nos consiguió un juego de camisetas de piqué todas iguales, hasta con número en la espalda. En ese entonces, no se estilaba estamparle el nombre. Hacíamos una dupla sensacional. Nos relevábamos muy bien. Cuando me proyectaba, iba muy tranquilo sabiendo que el Colo quedaba atrás. Era impasable. Más de un gol pude hacer gracias a esa capacidad de defensa que tenía. Y era el primero en llegar a abrazarme después de cada conquista. Ahora que lo pienso, no recuerdo ningún gol suyo.

El estudio, el trabajo y la familia, la vida propia, en definitiva, nos llevó por rumbos diferentes. Pero el fútbol jamás nos separaría. Nos anotamos en varios campeonatos armando muchos equipos: Mastodontes, La Plaga, Once Escuerzos, Tropilla, Arsénico, Corega (ya en veteranos) y no sé cuántos más. Nunca fuimos un seleccionado, pero tampoco un rejunte que nos pasaban por arriba. Dábamos pelea y agarramos algún trofeo cuando lo tuvimos al Cuervo Di Biasi arriba, que la mandaba a guardar de cualquier lado.

Hoy, cada vez que rememoro estos recuerdos inventados, se me anuda la garganta y la vista se nubla, con algúna lágrima silenciosa que se escurre. Porque el Colo no nació, aunque sí vivió. Me enteré hace poco que tuve y no tuve ese hermano de la vida que siempre añoré dándole a la pelota contra una pared, solo. Al principio, me enojé con mi tía por lo que hizo, pero vaya uno a saber qué le pasó para que tomara una desición así. Pero siempre tuvo un trato preferencial para mí que nunca entendí y ahora me explico. Por eso, la tristeza puede más que el enojo. Además, pienso en cuántos Colos habrán sufrido ese destino y se me oprime el alma.

Me levanto, respiro profundo y miro al cielo, donde me espera el Colo. En la mejor cancha, con la mejor pelota, prometiéndome goles y golazos.Y descubro que se me esboza una sonrisa.

El civil

21/11/08
Santi se miró al espejo, controlando que el nudo de la corbata estuviera en su lugar. Se acomodó el saco y se miró una vez más, esta vez a los ojos. Inspiró profundo inflando el pecho, exhaló y se dijo "Vamos!" en sun susurro. Estaba nervioso, pero decidido. La mañana estaba espléndida, invitando a conquistar el día, que sería trascendente para él y Anita, su última novia, con quien se encontraría en el registro civil antes de mediodía.

Toda la familia y amigos más cercanos estaban allí, algunos de saco y corbata, otros más informales, con sus cámaras de fotos propias, amén del fotógrafo, movedizo y disparando sin cesar, ahora que no usa rollos para las fotos. Chiquillos y preadolescentes ríen y corren, para temor de la tía que consideraría como una herida cualquier mancha en su impecable vestido y sombrero de exagerada elegancia.

El pequeño recinto se torna sofocante al verse desbodado. Para colmo, el ventilador de techo no anda o no lo prenden. La jueza ameniza el trámite con simpatía dibujando sonrisas benévolas en los rostros. Santi, tomado de la mano de Anita, confirma su decisión y ella lo corresponde, fimando el libro y recibiendo su primer beso como jefe de familia según la ley. Suenan aplausos, palmadas, felicitaciones y besos. Vuela arroz, que los más chicos recogen del piso y vuelven a arrojar. La tía, espantada, cruzó la vereda. Fotos y más fotos. La ansiedad de mediodía aceleran la sesión y la caravana parte rauda a la quinta del tío, lista para recibirlos.

Los sacos y las corbatas van desapareciendo y el ambiente se afloja. Circulan bandejas con sabrosos bocados, más tarde vienen otras con carne cortada para hacrese sandwiches. Fluyen jarras y botellas que refrescan y animan el espíritu, dando más soltura al ambiente. Anita, feliz, se preocupa porque todos estén a gusto. Santi, desacostumbrado a ser el centro de la escena, se mueve de acá para allá, algo perdido, pero feliz. Los muchachos se fueron acomodando abajo del álamo, cada uno con su copa o vaso bien provisto y la charla comenzó, tranquila e íntima.

La sombra del álamo se alargaba, la tía terminaba su té en la galería y el tío, con el resto de los mayores, acomodaba leña en el fogón, cuya llama enrojecería aún más sus rostros resaltando las chispas de sus miradas por demás alegres. Un costillar, ya ensartado en el asador, esperaba su momento reposando sobre una mesa. Los más chicos encontraron la pelota, una número 3 chiquita y ágil que empezó a correr de acá para allá. Los muchachos se callaron mirando el juego. Unos minutos de silencio y, en muda y unánime desición se levantaron. El picado se había armado, esta vez, de pantalón largo y camisa. Santi no pudo resistir, se liberó de corbata y zapatos y se entreveró en la jauría apasionada.

En ese momento Anita estaba en la cocina.

Día de la madre

17/10/08
Ella nos llevó en su vientre, nos amamantó y nos arropó. Nos cambió los pañales, que eran muy distintos a los descartables de hoy. Había que tener estómago para hacerlo. Nos abrigó cuando hacía frío y nos refrescaba los días de calor. Nos enseñó las primeras oraciones y nos hizo conocer a nuestro Angel de la Guarda.

Nos preparó el primer uniforme y los útiles del colegio, y todos los días hizo la mejor comida posible con lo que había a mano, para que crezcamos bien y sanos. Nos retó cuando nos mandamos alguna macana y nos consoló en esos momentos de tristeza. Estuvo siempre al lado cuando nos enfermamos y se angustió en las ausencias de los primeros campamentos y salidas.

Cuando empezamos a volar solos nos miró desde el nido con mezcla de alegría y temor a nuestros primeros pasos. Hoy disfruta de nietos y una familia multiplicada. Y su sonrisa refleja que tanto sacrificio valió la pena.

Pero la primera pelota nos la regaló él.

Zapatillas colgadas

3/10/08
Están colgadas de los cables, esos que van por el aire de poste a poste, siempre en un cruce de calles de barrios de casas bajas enrejadas y cerca de barrios donde la vida es más dura e incierta aún. Están lejos del suelo, el lugar para el que fueron hechas. Muchos pies las necesitan y no las pueden alcanzar. Su destino de hacer confortable caminar, correr ó jugarse un fulbito ha terminado.

Hoy señalan un lugar, nada más. Un lugar sórdido, puerta de entrada a un mundo marginal e insano. Nada bueno hay ahí. Es donde el dealer hace su insensible negocio a costa de la destrucción. Si prestamos atención a esos cables que llevan energía, comunicaciones e imágenes a los hogares, las encontraremos pendiendo de ellos con más frecuencia de la esperada, como amorfos frutos de mala semilla.

Esos grises colgajos abofetean la conciencia y el fuego se enciende en el pecho ante la inquina de la que forman parte. Las zapatillas tienen que desaparecer de allí y volver, calzando un pie sufrido, al suelo, al potrero. A esa canchita donde generará sensaciones mucho más puras, sanas, intensas y permanentes que cualquier innoble sustancia de falaz, efímera y mortal fantasía.

Give me a break, man!

26/9/08
¿Es posible parar la pelota? Con la versión de Cake de "I will survive" en mis oídos allí voy.
A los yanquis se les resquebrajan las bestias, Europa arruga la nariz, mira a China y China sigue con la misma cara indescifrable. Kris se goza y escupe el efecto jazz desde su mueca sobrecargada de lápiz labial en una ONU que no la ve, la lee ni la escucha. Sólo la huele merced a la fuerte acción del galón Chanel Nº5, 6, 7 y 8 (si es que existe) con que se asea. Se apura a sacarse una foto con Shakira para que el espejito le mienta sobre quién es la más linda.

El menos gordo Antonini agrega fiestas, valijas y ceros al cargamento que, asevera, Papá Noel Uberti y Gatúbela Bereziuk le trajeron a Kris, Neurus Néstor, Julio y la caterva de sanguijuelas y rémoras que habitan Pink House y merodean la Plaza del Amor y los Sueños, algunos con pañuelo en la cabeza. Todos y nadie estuvieron con Forza y los mexicanos ya no sólo cantan mañanitas. Igual, todo pasa, Don Julio, como es De Vido.

En el campo lo único que llueve son resoluciones laberínticas de la ONCCA. Los del campo salen de perder el tiempo con el Cheppibe con el pulgar abajo y todo a foja cero. Las vacas, el trigo y el maíz sembrado, se evaporan con una sequía mayor a la de mi billetera. El año que viene morfaremos frutas tropicales. Mientras, le seguimos entrando al asado como si fuera eterno. Meta lonja, compadre, que en el presupuesto, el tren no bala ni ladra ni maúlla. Y a los trenes que quedan los prenden fuego para que anden mejor, dejando en el andén a la gente, otra vez de a pie. La cana sube al tren y los chorros se bajan, le limpian la nave a Willy Cañas y la despeinan a Moria, que aún se pregunta qué pretendían de ella.

Te querés relajar, vermucito en mano, bandejita con ingredientes y el mismo día pierden boquita, river, Independiente y, para colmo, gana racing. Give me a break, plis!. ¿Dónde están los atletas olímpicos, che? ¿Alguien se acuerda de la Peque Paretto? Imposible, ahora que estamos en la final de la Davis. ¿Con qué lo paramos a Rafa se-me-mete-el-pantalón-en-la-cola Nadal? Están buscando algún estadio subterráneo con superficie de cera y cuevas de peludo, iluminado con antorchas y un público formado sólo por hinchas de Chaca, Chicago, Tigre, Excursio, Morón, Temperley, Dock Sud y San Telmo juntos, sumando alrededor de 35.000 delincuentes sueltos sin personal de seguridad a menos de una milla del lugar. Todo por la Ensaladera.

Cuestión que apagaron la máquina que quería reinventar el mundo porque se le terminó la garrafa y al precio que está no pudieron comprar otra. Lo mismo que quisieron hacer hace tiempo con el Proyecto Biósfera y terminaron todos escapándose por la ventana. Ayer, 800.000 (Sí, 800.000!!) personas estuvieron en San Nicolás. Muchachos, captamos la onda ó seguimos buscando el huevo para encontrarle el pelo?

Cuatro contra cuatro

16/9/08
El fin de semana largo te caga. Todo el mundo se raja y cuesta armar el partido. En fin, "somo' los qu'estamo' y estamo' los que somo' ". Para cuatro contra cuatro es grande la cancha, che. Vamos tener que achicarla un poco. Pongamos un par de buzos para marcar un arco en mitad de cancha y listo.
- A ver... vos, Garza para acá, Tincho para allá y vos Panza, quedate acá. Chupete y el Corto vayan de aquel lado y un Melli para cada equipo.

Lo que iba a ser un partidazo termina siendo el paso previo al walkover, presentando una escena desértica, inarmónica y hasta frígida, donde el entusiasmo debe trabajarse artificialmente. Cuando uno ve un arco delimitado difusamente por un par de prendas de vestir sobre el tierral perenne de mitad de cancha el entusiasmo por jugar se debilita hasta casi desvanecerse. Ya un arco normal sin red le resta un inmenso encanto al gol pero, aunque sea, tiene límites precisos y un disparo en el travesaño ó en un poste povocan una descarga emotiva que estimula el juego.

El par de buzos en el piso resultan un insulto al objetivo del juego, que es el gol. Un témpano que enfría cualquier conquista ¿Cómo se determina ese golazo al ángulo con disparo desde media distancia? ¿ O con un cabezazo en palomita al segundo palo? Imaginate que metés una contra y se la tirás por arriba al arquero ya desesperado. Gol, gol, ¿gol? La gloria y la nada no se distinguen, generando discusiones bizantinas con distintas versiones de trayectorias y alturas, mientras la pelota se aleja hacia el horizonte. La solución pierde su condición de tal al no conformar del todo a alguno de los bandos.

Para que el gol sea inapelable, la pelota debe ingresar a ras del suelo, cuya superficie impar empobrece aún más el escaso arte de la maniobra, con un balón que no parece redondo del todo y levanta tierrita en su inseguro camino a la meta. La falta de esplendor y explosión, producen una abúlica celebración casi reglamentaria. Es un gol triste.

En un arco de buzos nunca se hará un golazo, ese que llega a arrancar lágrimas a quien ve superada su capacidad emotiva.
Encima, hay que ir a buscar la pelota al verdadero arco que quedó ocioso ante la falta de jugadores. Una distancia que siempre es larga.

En la pelota

11/9/08
Oscuridad total y absoluta en un ambiente sin ángulos cuyoslímites están muy suavemente recubiertas de un tenue polvillo y leve humedad de condensación sin explicación clara de cómo llegó allí, siendo que no hay abertura alguna en este sitio sin colores. Ni siquiera el negro, tan impenetrable que formo parte de él. El aroma denso del tiempo encriptado es lo único perceptible aquí, en este lugar sin temperatura ni movimiento. Es casi la nada.

Una nada que podría ser eterna si no fuera por esos repentinos e inesperados movimientos, ya pausados, ya frenéticos. Giros, ascensos y descensos. Sensaciones de etérea ingravidez se alternan con impactos y quietudes repentinas. Velocidades y lentitudes componen un juego maravilloso que se goza casi para siempre, ya que el tiempo no existe en este lugar. Sordos sonidos, como provenientes de otro mundo, dan entidad a vida mas allá de la pared. ¿Qué son? ¿Qué hacen? ¿Qué pasa del otro lado?

Una sucesión de interrogantes se dispara hasta que sucede la laceración. Obsceno, indecoroso y entrometido, algo desconocido irrumpe en ese seno de paz, armonía y tibia quietud, revelando con su impúdica luz los misterios sagrados guardados hasta ese momento.

- ¡Pelota de mierda! - ladra el individuo enajenado. - ¡Venir a reventarse justo ahora! -flagela- ¡Dale, boludo, andá rápido a buscar otra que se termina el partido y tenemos que empatar, carajo!

Composición. Tema: LA VACA

29/8/08
Ese bife de chorizo por el que matamos y por el que los turistas preguntan a diario en Buenos Aires como lo hacen por las pirámides en Egipto, la torre Eiffel, en París y el Taj Mahal en la India, no viene del aire ni de una línea de montaje industrial. Viene de un animal, un novillo gordo, obviedad de la que nos olvidamos mientras saboreamos su terneza y jugosa untosidad.

Ese bife empezó a "fabricarse" 2 años y medio antes, cuando la vaca quedó preñada del toro. Siguieron 9 meses hasta que nació el ternero, otros 6 al pie de la vaca hasta que lo destetaron y un año comiendo las mejores raciones y praderas, que cuestan sus buenos mangos hacer, para lograr el estado ideal para faena y, dos días después, llegar al plato chorreando juguito. Mientras tanto, la vaca se queda preñada de vuelta, reiniciando el ciclo, convirtiéndose así en una verdadera fábrica de carne. De la famosa carne argentina que es nuestro orgullo y distintivo en el mundo.

Hasta aquí, todo muy lindo, 10 felicitado y carita feliz. PEEEROOO, hete aquí que el gobierno, cerrando exportaciones e interviniendo groseramente el mercado so pretexto que todos comamos mucha carne barata, espanta cualquier interés de los productores en continuar una actividad con resultados negativos. "Hasta aquí llegué" dice el ganadero y liquida el rodeo. O sea, vende las vacas. O sea, DESMANTELA UNA FÁBRICA DE CARNE QUE COSTÓ AÑOS PONER EN FUNCIONAMIENTO. Y más de un siglo de mejorar su calidad, iniciada por quienes introdujeron las razas productoras de carne.

Informes serios dicen que "la participación de las hembras en la faena fue casi del 50%, completando 16 meses consecutivos de liquidación de vientres. Para que se tenga una magnitud: las hembras faenadas en el año 2007 fueron 1.500.000 más que las faenadas en el año 2006. En el año 2006 a su vez se faenaron 1.000.000 más que en el promedio 2001-2005."

Con la caída de la 125 no se solucionó ABSOLUTAMENTE NADA. Sólo se detuvo otro avance del avasallamiento K sobre el sector que es la locomotora de nuestra Argentina, nos guste ó no.


Menos vacas = menos terneros = menos novillos = menos bife.
La cuestión es que, si la cosa sigue así, decile chau a la nerca y sacale una foto al bife antes que se convierta en un recuerdo cosa que, a este ritmo, va a pasar antes de las próximas olimpíadas, cuando tengamos que importarlo de Uruguya, Brasil ó canguros de Australia, al precio que ellos quieran.

Postrado

20/8/08
A ver si así anda mejor la cosa... no, no. ¿y de esta manera? tampoco, no hay caso. Habrá que bancarla como estaba. Lo bueno es que puedo probar variantes hasta encontrar la manera menos molesta. Porque, convengamos, es molesto y nada más. No es un drama, tragedia ó situación irreversible, pero se hace largo. Pasa un rato, pasa otro rato y no pasa nada. Ya terminé de leer el libro y quiero esperar a empezar otro, más por fiaca que por querer saborear la obra recién terminada que, si bien me entretuvo, era medio rara, más bien estrambótica. Algo en la conciencia me susurra que fué una pérdida de tiempo.

Ahora me pica. No llego con mis dedos a ese lugar hoy recóndito que aguijonea mi humor. Por ahí había una aguja de tejer que me dejaron para eso y desprecié. ¿Dónde está? Acá. Ahora sí, que alivio! Media lágrima asoma en la comisura del ojo, acompañando la sensación. El techo del cuarto, ignorado siempre, pasa a ser un mapa detalladísimo de imperfecciones del pintor, de la limpieza y el efecto del paso del tiempo en minúsculas grietas que hoy parecen atroces heridas. La tela de araña de la esquina crece a diario, merced al trabajo de su propietaria que supervisamos a diario.


Falta un mes para que me den el alta. Es una eternidad con las ganas que tengo de jugar un fulbito. Uno. Más que ganas, una necesidad. ¿Cuánta gente se pondrá los cortos hoy? ¿y mañana? Encima, los días cada vez están más lindos para darle a la redonda.

Habrá que bancarla, nomás.

En el tren

15/8/08
Un pequeño pique corto en frío, que puede derivar en un inesperado desgarro, permite ingresar en la formación antes que las puertas neumáticas guillotinen la condición de pasajero para quedar transeúnte un rato más, de duración definida por el humor y voluntad gremial ferroviaria. En el interior la atmósfera se espesa casi al grado viscosidad. El calor de entrañas activas domina el ambiente, dando la sensación de haber ingresado a un medio ausente de oxígeno, a pesar del esfuerzo de un fatigado ventilador que revuelve la atmósfera, esparciendo aromas urbanos de escaso encanto.

Los codiciados asientos están todos ocupados por señoras que tejen y hombres dormidos, o que simulan hacerlo, para conservar su pequeño trono. el bamboleo del convoy hace perder la estabilidad al joven que se deja caer sobre la muchacha de pantalones ajustados, quizás como excusa para entablar una relación, muy probablemente tan intensa como fugaz. Quien no tiene colocados auriculares que musicalizan su ambiente, leen gruesos libros con parsimonia y párpados tambaleantes. Mas allá, dos sujetos conversan animadamente. En realidad, uno habla y el otro hace que escucha interesado, con una sonrisa mal dibujada en el rostro, lamentando en su interior el fortuito encuentro que le impide leer el diario en paz.

Rostros serios, inexpresivos hasta un estado semicomatoso causados por cerebros que se resisten a despertar, predominan en el poblado vagón. La amplia cartera de la excesivamente perfumada dama se incrusta en el riñón del elegantísimo caballero, preparado para reuniones en las que deberá inspirar solvencia y convencimiento. Un hombre de mediana edad y campera gastada lleva en brazos a su hija con delantal cuadrillé rosa de jardín de infantes municipal ¿dónde estará la madre? Pregunta que abre un abanico de posibilidades, casi todas con el común denominador del esfuerzo por salir adelante.

La hermética ventana hace desfilar edificios con innumerables ventanas tras las cuales hay otras tantas historias. Muchas de ellas tienen acollarado un artefacto de aire acondicionado, como cuadradas garrapatas adheridas a las paredes. Entre los árboles, las canchas de tenis están ocupadas por personas sonrientes, marcando el abismo que nos separa de ellos. El paisaje cambia y la precariedad y el hacinamiento nos golpean mas allá del vidrio. Casillas y sórdidas construcciones sin armonía ni visotsidad nos muestran el verdadero fondo de ese abismo. Se nubla y todo pasa a ser gris.

La puerta se abre y comienza una nueva jornada de luchas, triunfos, derrotas, alegrías, frustraciones, almuerzos frugales y opíparos, encuentros, desencuentros y reconciliaciones.

Olimpíadas

8/8/08
El espíritu olímpico es impuesto a la fuerza desde Beijing, como le dicen ahora a Pekín, generando un conflicto de raza de esos perritos ñatos a los que las viejitas les tejen saquitos y con los que la gente común tiene el inconfesable deseo de, por lo menos una vez, darle una flor de patada que lo emboque en el ángulo, impactando en el travesaño de un arco imaginario. Cuestión que vamos a tener dos semanas largas donde sacaremos a relucir nuestros vastos conocimientos de nado sincronizado, tiro al plato y lanzamiento de todo tipo de elementos a ver quien lo arroja más lejos. Sabremos por un ratito quén es el mejor en lucha grecorromana, ese anudamiento humano que no se practica en ningún lado medianamente conocido, donde gana el que asfixia al otro y que nunca es ni griego ni romano.

Con la seguridad de los que saben, sosteniendo la mirada, pronosticaremos los podios en todas las disciplinas de remo, especialmente el cuádruple par con timonel. Celebraremos nuestros aciertos y se los enrostraremos a quienes auguraron el oro para algún país eslavo en posta 4 x 400. Seremos jueces implacables en saltos ornamentales y gimnasia artística. Criticaremos sin piedad el fallido del atleta en las anillas, dando a entender que eso lo hacemos a diario, antes de darnos una ducha fría de madrugada, cosa que desmiente nuestra lisa y esférica topografía abdominal. Cruelmente, nos reiremos del pesista que no puede levantar mil kilos, con comentarios tipo "Ese es el campeón del asado con cuero", mientras empujamos las papas fritas con un galón de cerveza artesanal. Nos enteraremos de manera marginal que el representante argentino en esgrima, a pesar de su entusiasmo, fué tempranamente eliminado de la competencia, teniendo que lustrar millares de zapatos para pagar su pasaje de vuelta, so pena de ser enviado a un campo de arroz con el traje puesto.

Ni por asomo habrá doping positivo en ningún alteta chino, por más que su aspecto físico evidencie una dieta a base de uranio enriquecido y ensaladas sazonadas con plutonio. El deportista ni siquiera será sospechado de recurrir a este tipo de artilugios cuando, al colocarle la presea dorada, esta se derrita al tomar contacto con su pecho. Obviamente, para disipar suspicacias, alguna cabeza rodará por doping y será de algún país postergado de Europa oriental, seguramente un gitano. Y todo el mundo contento, salvo en Europa oriental.

Bardach y Meolans en la pileta sin flota-flota, Kurkower luciendo su robe de chambre azul en judo, Espínola y Lange al sol en catamarán fachero, Fernández en el bote y el garrochista de apellido difícil que tiene cara de buen pibe, serán tapa en los tabloides mientras dure su actuación y volverán al anonimato después. A David le va a tocar vérselas con Djokovic ó Nadal antes de mirar el podio. Se le complica al Panza. Mientras Maggie Aicega posa en todos los avisos, Las Leonas y Manu Ginóbili se están atajando antes de empezar. Al final, la esperanza del oro argentino queda en manos, más bien en los pies, del fulbo.

Y si no, todo pasa, Don Julio.

En la Rural

1/8/08
Al pasar el molinete el aroma, el sonido y la velocidad cambian. Las bocinas, escapes e insultos dan paso a una chacarera que suena por los parlantes, el olor de fardos y bosta bovina y el pausado desplazamiento de masas humanas que miran todo. La placidez y pachorra se interrumpen con el acelerado paso de sujetos de sobretodo azul y corbata, radio en mano y con rumbo desconocido, encandilando con su insignia prendida en la solapa, que actúa como la sirena de un patrullero abriéndose paso en la marea humana. El señor entrado en años de inmenso abdomen sucumbe ante el alud de chacinados y quesillos, cuyo consumo posterior lo hará volar hasta la estratósfera. La señora, con medio pastelito en mano, lo codea para apurarlo a sumarse a la fila de gente sin boina que casi no avanza y espera paciente, en haras de su folleto o calcomanía. La peonada junta auditorio en un permanente desfile de payadores, gutarreros y recitadores por su alegre escenario gremial.

Los nenes miran las vacas y las vacas miran los nenes mientras el paisano junta la bosta con pala. Rubén Orlando le hace el rulo al Hereford y la señorita sin poncho pregunta qué marca es el toro, mientras llama a la tía para que le saque una foto con el inmenso animal de virilidad pendular. Un faisán aterrado mira de reojo la turbamulta que se detiene a observarlo con la boca abierta, los pajaritos pían a gritos por aire para volar y el jubilado se relame entre las gallinas y los conejos que, para los más chicos, son mascotas. El chancho, indiferente a todo, se echa obscenamente y repele con su olor. Las chinchillas, desde sus cajas de vidrio, miran las pieles de sus amigas, expuestas como producto final. Las artesanías son un imán que se invierte al conocer su precio.

Gigantescas peceras contienen sus especímenes que varían de acuerdo al programa que estén emitiendo. Cada radio tiene la suya. Cámaras de televisión extraen declaraciones graves a rostros tan adustos como anónimos. El famoso se pasea hablando por celular y la señora excedida en tintura lo señala. Curiosos urbanos consultan a los hastiados técnicos sobre las bondades de la cosechadora y los chacareros acuden a la promotora, sin interesarles demasiado la veracidad de sus conocimientos, vertidos desde una acalambrada sonrisa. Pululan boinas. Las genuinas y las de disfraz, distinguiéndose éstas últimas por su extravagancia en tamaño, diseño, color y colocación, asemejando, en casos extremos, a un turbante derrumbado. No sorprendería que alguno se la cuelgue de la oreja, o del hombro. El hambre se soporta cuando la lista de precios anuncia el especial de bondiola a $14. Los paisanos se juntan a matear lejos de la urbanidad. Todos quieren ver a De Angeli, Buzzi, Llambías ó Miguens. Nadie pregunta por Gioino.

Integrantes de una especie de logia, que se reconocen por sus rostros encendidos y enfundados en lodens verdes, confluyen presurosos en mostradores espirituosos a debatir sobre ejemplares bovinos, inseminación y pasturas. En la arena, las cucardas son repartidas entre aplausos protocolares y un atisbo de desazón de quienes la ven pasar. Los de radio en mano reportan a seres invisibles a través de su artefacto y parten raudos en otra dirección, haciendo flamear su sobretodo como un gran ave de corral. El yeguarizo, enfundado hasta las orejas, se asusta y provoca un pequeño desbande de bolsas y carteras. Señores de campera intercambian tarjetas con otros de chaleco con cierre y logo, semejando a los escolares que lo hacen con figuritas del mundial para llenar el álbum y cambiarlo por una pelota.

Faltan muchas cosas, pero ya me alargué demasiado. El resto habrá que verlo ahí, en la Rural.

Detención en la Comarca del Happy Hour

31/7/08
Viernes, 14 hs en San Martín y Av. Córdoba. Hora de fin de almuerzo para oficinistas y paseo para turistas. Por la angosta vereda, caminaba con desición entre la gente hacia la calle Tres Sargentos, bamboleando su excesiva anatomía, con evidentes signos de artificio para lograr una voluptuosidad tan llamativa como ambigua, que los transeúntes observaban de reojo.

Sin motivo aparente, quizás en respuesta a algún dardo verbal, gira y le arroja un celular en la nuca a un sujeto con aspecto de asistente administrativo contable que acababa de cruzarse, quien se da vuelta sosteniendo su maletín y juntando la punta de todos los dedos de su mano libre, en el universal gesto del "¿Qué te pasa?" , respondido por el agresor con el más universal gesto del dedo mayor elevado con el ímpetu de un árbitro iracundo al enarbolar la tarjeta roja. La atencón de los paseantes y porteros se centró en el episodio.

El camión de caudales estaba parado justo frente a la puerta, con sus guardianes custodiando el traslado de valores en pleno despliegue. Otra vez, sin motivo visual aparente, la persona de peculiar silueta enfrenta a uno de ellos y, luego de un intercambio breve y frenético de palabras, le espeta un salivazo tamaño aguaviva que acertó en pleno rostro del custodio, enmascarándolo horriblemente.

Como avispas de un panal derribado, sus compañeros se abalanzaron sobre el agresor, reduciéndolo primero con un certero puñetazo en el rostro y luego con diversas llaves y tomas muy didtintas a las de Titanes en el Ring, para dejarlo contra el piso. Ningún uniformado intervino en la maniobra, pero un par de esposas le fueron colocadas mientras con una mano le sostenían la cabeza contra la vereda, apretándola. La señora de compras que pasaba con los nenes en vacaciones, les decía "no miren, no miren".

Y gritó.

Un grito primal ahogado que puso en evidencia la tragedia de la contradicción y el desconcierto. Vaya uno a saber qué dramática historia prodjo tal criatura, mezcla fallida de miseria, sensualidad, ignorancia y violencia. La sirena anunció la llegada del patrullero que lo trasladaría a otro capítulo en su vida, lejano a la felicidad.

viernes, 12 de junio de 2009

Vacaciones de invierno

24/7/08
La blancura enceguece y obliga a calzarse lentes para el sol, aunque esté nublado. La brisa fría roza sólo las mejillas, ya que el abrigo tapa hasta la nariz y el gorro con pompón las orejas. La pureza del aire casi duele en los pulmones y embriaga el espíritu. Una sensación de pleno dominio sobre los elementos se adueña del ser mientras se contempla el panorama de extrema belleza. Bosques, lagos y montañas, con colosal imponencia, armonizan con un firmamento que, con natural arte, dejó el gris por un celeste azulado, preñado de color. La inmovilidad del cuadro le da mayor majestuosidad, despertando el alma y haciendo reverdecer sus páramos hasta emocionar, anudando levemente la garganta.

En sofisticadas subastas se pagan millones por cuadros de cierto pintor famoso. Este cuadro natural lo hizo El que hizo al pintor de los cuadros caros. Y está ahí, casi gratis. Igual que un paisaje de campo, de mar, hasta de desierto. A diferencia del cuadro humano, éstos varían sus colores e intensidad a lo largo del año. El alma bulle e hincha el pecho produciendo un suspiro de agradecimiento por tanta bondad. La falta de correspondencia de la humanidad a la creación da la nota agridulce que frunce el ceño y sacude la conciencia, germinando así el propósito de salvar del error y la maldad al mundo entero, a partir de mañana.

Una risa lejana astilla la abstracción contemplativa. La vista se posa sobre pendiente de aspecto algodonoso que atrae la voluntad. Luego del suave impulso, el sonido del deslizamiento secciona el silencio, como una cortadora de fiambres. A medida que aumenta la velocidad el siseo se hace más intenso. La serenidad da paso a la placidez para transformarse primero en vértigo y luego en pánico, en sintonía con el silencio abismal de un vuelo sin destino cierto que se hace interminable. El cuerpo, ingrávido, cobra la dinámica y armonía de un buzo arrojado al viento. Con el impacto contra el imperturbable pino, las homéricas promesas de instantes antes se desintegran en incontables pedazos, igual que la pierna izquierda y un antebrazo.

Un esquí fuera de control se pierde de vista, pendiente abajo.

En el Rosedal

17/7/08
Sabrán disculpar, pero no puedo esperar a mañana para mandar este mail ni evitar el tema. Va muy en caliente, así que va a haber varios deslices y olvidos.
El martes pasado varios estuvimos en la historia al pie del Monumento de los Españoles y, más tarde, continuamos escribiendo la historia de nuestro Fulbito Terapéutico.

Ayer a la tardecita la pantalla gigante del rosedal lanzaba imágenes de senadores más ó menos lúcidos y más ó menos creíbles fundamentando posiciones a un auditorio de más de mil personas, al aire libre y una casi milagrosa temperatura templada para un 16 de julio. Boina, gorra, alpargata, una muralla de baños químicos, banderas argentinas, pancartas de movimientos piqueteros. Izquierda, derecha, arriba y abajo, tambien del medio, departían al ritmo del chori a $3 y gaseosa a $4. Nada era gratis, sólo la esperanza.

Ya era de noche cuando habló la colorada atrificial desde la pantalla y se le quemó la peluca a varios. Antes de terminar mi gaseosa de malta, me ví coordinando un grupete de la CCC en la "reducción de calzada" de Figueroa Alcorta y Sarmiento, al pie de Justo J. de Urquiza que, desde su inmóvil caballo, miraba un horizonte mejor. Otro cuadro militante me ofreció mandar algunos muchachos del otro lado. Le agradecí pero no hacía falta. Había que dejar algo de paso. Uno se bajó del auto a saltar porque no era pingüino y apareció una figura inflada medio rara, verde y amarilla: "El Monstruo de la Soja" me explicó un entrerriano desde su sombrero cuasi cow boy. El toro Alfredito posaba para las fotos.

La pancarta Túnel Paraná partió por av. Sarmiento rumbo a lo desconocido, como una tropa de cebúes que ganan el campo. Levantando un superpaty partimos con la ágil columna cuya vanguardia alcanzamos en el botánico, por Av. Santa Fe. La tibia noche favorecía la convocatoria. Cuatro cuadras de personas golpeando cualquier cosa que haga ruido avanzaba. De los balcones la gente aplaudía y muchos bajaban a sumarse a la marcha. El tropel llegó hasta Callao y algunos querían ir al Congreso para que otro muera en la segura refriega que se armaría. Privó la lógica y se continuó hacia el Obelisco. Alrededor de tres mil personas invadieron los carriles centrales rumbo al enhiesto monumento. Cordones policiales con escudos y espectantes carros hidrantes disuadieron el intento de algunos que soñaban ir a la plaza del amor y los sueños. Aparecieron las cámaras y, con ellas, la negra Alarcón, la colo Ripoll y Toty Flores. Más tarde, Nito Artaza completó la macedonia política-mediática, luego de su función con plumífero elenco.

La versión del empate fué festejada por el MST y los hijos del campo en un abrazo heterodoxo, global y circunstancialmente sincero. Un infaltable agorero desmintió la versión del empate. Mientras entrerrianos confraternizaban con señoritas de amplia y singular belleza urbana, un sujeto pseudo suicida insultó a los presentes, tildándolos de cobardes y pagados por Kirchner por no ir a morir al Congreso. Casi lo siguen algunos y, al final, se fué solo. Nada más se supo de él. Varios se tiraron a descansar en el cruce de Cerrito y Corrientes, un lugar en el que, normalmente, no hubieran sobrevivido más de 8 segundos. Una feroz pelea de canes reavivó la euforia general y ya se corrían apuestas a favor del negro mastín cuando los separaron de un certero botellazo. Apareció el hermano del viejito que arregla a Woody en Toy Story 2 y de las treinta palabras que dijo, sólo podemos escribir cuatro: "Estos... hijos ..... de mil .....".

La posibilidad de ser saludados por D'Elía que anunciaron los agentes del orden, motivó el rápido regreso al rosedal, cuya fauna había sufrido algún cambio con el avance de la noche. Raras transacciones de servicios se gestionaban en la penumbra. Mientras tanto, la pantalla emitía una tensión creciente a medida que se acercaban las definiciones. Dos mil personas expectantes, angustiadas y sedientas pagaron $6 la botellita de seven up. Un taxista, muy parecido Próximo, el dueño de Maximus en Gadiador, insultaba y apaludía con la misma ferocidad a los senadores según su intención de voto. La tensión ya dolía y Pichetto sacaba lo peor de cada uno con sus zarpazos verbales. El terror se veía en sus ojos enmarcado por teñidas cejas y cabellera bicolor vinílica. Se extendía en sus diatribas y todos temían por la frágil salud de Carlos, que arrastraba su voto con ella. A votar y que Carlos no se equivoque de botón...Parda 36, grito de gol y vamos de vuelta.
Nadie respiró mientras Cobos era Kobos y volvía a ser Cobos en ahogantes 27 minutos. Propuso un cuarto intermedio y siete personas cayeron acalambradas.
Blasfemando, Pichetto se tiró al vacío.
Que Carlos no se equivoque de botón, por favor! ¡Parda 36 de vuelta! Y nuevo grito de gol, pero inmediatamente venía el penal.
La dirigencia ruralista sube al escenario para que le digan el resultado bien en la cara.
¿Quién patea? ¿Cobos ó Kobos? Unos minutos preparando la pelota, tomando carrera, un respiro y miró el arco. Cuando arrancó ya se sabía quién pateaba.
¡¡GOL de Cobos y el proyecto al sótano, canejo!!
Estallido total, himno a capella a las 5 am, Alderete se abrazó con Miguens y la Virgen aparece en el escenario, en brazos de Llambías.
La brisa, suave y tibia, comenzó a soplar desde otro lado.

Todos al monumento el 15

14/7/08
Va en copia oculta para no saturar ni para que la SIDE haga sus chanchuyos, según dicen. Será por el susto que lo hacen.

Nuestro país está viviendo un momento crucial para su futuro. Así de grossa es la cosa. Y no es ninguna novedad tampoco.

Pequeño racconto para el que estuvo en una lunchera (se puede saltear este párrafo):
Las "políticas de producción" del gobierno fueron desalentando todas las producciones (carne, leche, trigo, etc) obligando a la producción a volcarse a la soja. Una vez sojizado todo, vino el zarpazo.
Hace 125 días salió, de prepo, la resolución 125 de Lousteau (por si no te acordás era el ministro de economía) que confiscaba el resultado de una campaña agrícola y dinamitaba los mercados de futuro, cosa que la campaña siguiente se hiciera totalmente a ciegas. Si la idea era desalentar la producción, destruir la esperanza, se sacaron un 10 felicitado. Obviamente, el sector agropecuario reaccionó y, sorprendentemente, el país entero se adhirió al reclamo que pasó a ser un BASTA a una manera de gobernar totalitaria, avasalladora y discriminadora.

Ha pesar del reclamo generalizado, quienes conducen el país siguen empecinados en su decisión, sin importarles cuánto violan nuestra Constitución ni quienes queden en el camino, sean ricos, pobres, grandes, chicos, medianos, etc.

En la Creación, nuestro país ha sido bendecido por Dios con una de las 3 planicies más ricas del planeta, junto con el Cinturón Maicero de USA y las Tierras Negras de Ucrania. Estamos en el podio. POR NATURALEZA, NO POR IDEOLOGIA, la locomotora de nuestro tren es la producción agropecuaria. No se puede ir contra eso.

Cuando viajamos en colectivo, si vemos que el conductor maneja con imprudencia, se lo hacemos saber para que corrija, a pesar de lo incómodo que nos pueda resultar, porque hay algo más importante en juego: nuestra vida y la del prójimo.

HOY LA ENCRUCIJADA ES LA MISMA A NIVEL PAIS, TENEMOS LA OBLIGACIÓN DE HACERLE NOTAR AL GOBIERNO QUE ESTÁ CONDUCIENDO LA NACIÓN CON IMPRUDENCIA, LEJOS DEL BIEN COMUN.
EL PAIS NUESTRO, EL DE NUESTROS HIJOS Y NIETOS ESTA EN JUEGO. DE NOSOTROS DEPENDE.

Mañana MARTES 15 a las 15 hs. tenemos una enorme oportunidad de hacerlo.
Vayamos Y HAGAMOS IR MAS GENTE al Monumento de los Españoles (en realidad son los monumentos a la Carta Magna y las Cuatro Regiones Argentinas).

Torneo Independencia

11/7/08
El Día de la Independencia, hoy más parecido al promocionado film de ciencia micción yanqui que al ideal de los próceres de 1816, pasó algo importante, a pesar de los avatares del surrealismo nativo actual.
Cuarenta padres de los colegios confluyeron, con los corazones palpitando al unísono, en el césped para cristalizar un nuevo cuadrangular, esta vez llamado Torneo Independencia, en clara alusión a la fecha conmemorada, según aclararon los creativos de la organización a quienes les preguntaron. Una marejada de niños que acompañó la comitiva tomó una pelota y se fué a jugar un partido en la cancha del fondo, dándole vida, color y alegría a ese sector del campo.

Los mayores se distribuyeron de a 10 por equipo, cuyos nombres y colores aludían a circunstancias que exigen garra y corazón permanente por parte de los padres, a saber:
Charla de Curso (azul profundo y denso) capitaneados por El Tordillo,
Boletín Abajo (amarillo alerta) conducidos por el inmortal Mariscal,
Cuota del Mes (rojo alarma y/ó descubierto) animados por El Pony,
Pool del Martes (verde, porque no había marrón) liderado, en los papeles, por El Gerenciador.

A pesar de haber sido tentados con jugosos ATN durante la noche previa, los integrantes del comité mantuvieron su imparcialidad y confeccionaron las plantillas con los ojos vendados. El lobby no cesó hasta cruzar la raya de cal, pero el comité se mantuvo impermeable a los aprietes. Con el tradicional ya-pe-yú se sorteó el primer partido. Antes de empezar, todos los jugadores se reunieron entre las dos canchas para agradecer la jornada con una oración y unas sentidas, acertadas y breves palabras del Académico, que le dieron la impronta al encuentro.

Boletín Abajo vs. Cuota del Mes y Charla de Curso vs. Pool del Martes arrancan la jornada a la voz de áhura, a falta de silbato. Aparecen nubes y los pesimistas de siempre, esos que se beben el medio vaso para verlo vacío, auguraron la suspensión inmediata del evento. Su oscura y corta visión les impidió ver que el sol rodaba en el césped, protagonizando las acciones en forma de pelota.
Buena onda, dinámica y estética en el juego, alguna finta lujosa y, sobre todo, muchas ganas de jugar al fútbol hicieron de los partidos un espectáculo amigable para ver. Si bien el trámite fué parejo en general, no hubo empates. Boletín Abajo, luego de un primer tiempo sin goles, ultimó a Cuota del Mes por 4 a 0 y Charla de Curso venció a Pool del Martes 3 a 2, en reñida disputa.

Los ganadores quedaron en cancha y los vencidos cruzaron de terreno, en busca de un triunfo. El Mariscal, finísimo estratega, apoyó su táctica en el abultado score obtenido que le daba ventaja a su equipo color patito. El Gerenciador juntó a su equipo color césped e insufló mística. El Tordillo, se confió al recibir a un equipo derrotado con holgura y pensó más la definición del tercer partido de su equipo color mar adentro sin jugar el segundo. El Pony, por su parte, sacó la laptop, apoyó el mouse en el pasto y rediseñó el equipo color sangre. A pesar del esfuerzo, Pool del Martes no pudo con Boletín Abajo y cayó, con honra, por 4 a 2. La sonrisa del Mariscal estiró levemente su legendario bigote. Cuota del Mes se recompuso y, en muy parejo trámite, superó a Charla de Curso por 2 a 1.

Eran las 12.30 y, como en Cenicienta, algunas carrozas amenazaban con convertirse en calabazas y sus propietarios partieron raudos rumbo a sus hogares, en una diáspora que provocó una sangría de talentos y amigos en todos los equpios, salvo el comandado por el Mariscal, con la tropa bien alineada para el asalto final. Al Tordillo le faltaba uno para completar la plantilla y El Pony, en habilísima maniobra, cedió a la promesa de gol de Cuota del Mes. Su equipo tenía que ganar a Pool del Martes y lo hizo con un holgado, pero esforzado 4 a 0. El Gerenciador quemó sus papeles y aplaudió al vencedor, en una actitud que lo honra. En inferioridad de condiciones, el orgullo azul y la maniobra del Pony surten efecto. La promesa de gol por fin cumple y Charla de Curso da el batacazo y vence a Boletín Abajo en un ajustado 2 a 1.

El triple empate en puntos obligó a definir el torneo en el escritorio con las matmáticas del gol, merced a la cual Boletín Abajo se adjudicó la escarapela, trofeo entregado por el Académico y apaludido hasta por el sol, que regresó a su lugar en el cielo una vez terminado el fútbol. Felicitaciones, abrazos, saludos y todo el mundo rajando a su casa para llegar antes que se enfríen los fideos.

Premios:
Revelación: Gato Montés.
Grata Aparición: Saeta / Araña Pollito
Resurrección: Mangangá
Remo: Clarinete

Walk over

5/7/08
Empezamos a trotar despacio alrededor de la cancha , para ir aflojando la dureza de nuestras casi anquilosadas piernas e ir entrando de a poco en calor. Alguno menos veterano comienza un toqueteo de pelota y otro se la pide, para sentirla en el empeine. Viene la bola y, con un toquecito bien abajo con la punta del botín, la levanta, la acuna en el pecho y la devuelve al pie. Con una caricia la devuelve, mansa y buena, a quien se la había pasado.

Ahora mejor estirar un poco, si no, al primer intento de pique seguro me tironeo. Imito, con menos elasticidad, esos movimientos previos que hacían el Diego, Burru y los demás antes de la final del '86. Mentalmente, me siento ahí, en el Azteca. En un ratito empieza el partido y me muero de ganas de jugar. ¿Cuántos somos? Un, dos, tres, cuatro... sí, estamos. En cualquier momento llegan los contrarios y se arma. Vamos apurar así los agarramos fríos y los madrugamos. Nada mejor que empezar ganando desde el vestuario.

El Panza se pone aceite verde en la espalda porque después le duele. Me quedó algo flojo el botín derecho, así que mejor ajusto un poco los cordones para evitar una ampolla o, peor, un esguince. Ya estoy listo para pelotear un poco al arquero. -¿Por qué no llamás al capitán de los otros así se apuran un poco? Tendríamos que haber empezado hace 10 minutos, che.- Ya me cansé de boludear. Me pongo el buzo porque me voy a enfriar de vuelta. -¿Y? ¿Apareció alguno? ¿Pasó algo?

Qué bronca te da que te hagan un walk-over, uocóber ó como corno se diga. ¿Quién puede estar contento con ganar así? Fea sensación esa de cambiarse la ropa sin transpirar y pasar de largo la ducha.
¿Quién puede tener ganas de tomarse algo fresco?

¡Ma' sí! ¡Me voy a la mierda!

martes, 9 de junio de 2009

En la Carpa Verde

27/6/08

Una incursión por camping Congreso.
La carpa verde que no es verde, pero que te quiero verde, empapelada por fuera y por dentro de notas y cartelitos que empalidecen cualquier santuario de cultura popular y rodeada de un coglomerado cosmopolita en corrillos de intercambio de opiniones diversas que destilaban democracia y paredón a los chorros. Morgado, diputado K con aspecto linyero-popular junto a un amigo tuerto, escuchaba explicaciones de productores del NOA que sofrenaban sus expresiones. El rabino departía con un sujeto de aspecto agauchado falto de ducha en meses, gente paqueta y el torito inflado mirando al Congreso. Alderete y la CCC estrechan manos hoy amigas y mañana vemos. Me extrañó no ver un par hare-krishna fumándose un sahumerio.

En el kamping, el plasma aburría a 15 sujetos colocados a dedo en sillas tapizadas. El pigüino inflado le daba la espalda al torito. Señoras mayores increpaban a militantes rentados que repartían flamígera volantería. La karpa de Los Pibes mostraba más movimiento, merced al aporte gastronómico que dispensaba a simpatizantes profesionales. El resto del acampe no se sabía para qué estaba, dada la ausencia de público en su inrerior. Pasacalles colgaban de las farolas, amenazando a la población. Los medios buscaban la nota en la nada. En el medio, aparecieron más carpas, que no estaban con nadie. O contra todos.

Habló De Angeli, se armó tumulto atrás de la carpa empapelada y le pincharon la panza a uno, con una valla dijeron, mientras el Peque cantaba "qué pasó, qué pasó" en el frente. La policía del bigotón miraba con ganas la pizzería Nápoles mientras llegaba la ambulancia del SAME. Muchachitos de boina acanalada formulaban declaraciones a cientos de micrófonos. Cualquier cara lograba cámara. Vilma Ripoll encendió el lanzallamas acusando a los Libres del Sud que, casualmente pasaron por ahí. García Hamilton me preguntó si conocía al muchacho herido. "Yo no sé. Yo estoy acá", respondí y me presentó a un escritor. Castells salió de la carpa y Lucianito entró por atrás, custodiado por la CCC. Gente de CRA, con sobretodo largo, iban de acá para allá, en voz baja. Una manifestación de 200 motoqueros pasaron tocando bocina, respondida con aplausos de alivio por transeúntes que temieron tragedia al verlos llegar. El muchacho de la carpa hizo un comunicado a la prensa en cadena nacional virtual y se fué a jugar a la taba.

El primer gol de la historia

El frondoso bosque de Caldenwood cernía su sombra sobre el también sombrío rostro de Lord Fotheringham, que rumiaba su amargura. El silencio se interrumpía con el metálico sonido que hacía su armadura al andar de su corcel, cubierto por una imponente manta de fabuloso ornato.
El plumaje de su casco se mecía lentamente, al ritmo del elegante paso del caballo. El noble regresaba a su castillo, derrotado por el campeón del rey en el campo de lid real. Sorteó con honra la humillación, merced a la herida que, con su lanza, le provocó al campeón en el hombro.

Su suerte adversa significó la pérdida de la mano de Lady Leghorn y, con ella, el anexo nuevas comarcas a su territorio y su posición como sucesor legítimo al trono, más allá del tibio amor que le dispensaba a la princesa cercano, más bien, a la simpatía.
Clarion de Leicestershire, su paje, intentaba animarlo, infructuosamente. - Milord -le decía- no os dejéis arrastrar por la pesadumbre. Pensad que tenéis oportunidad con Lady Wanda, hija menor de su majestad que, además, la aventaja en hermosura.
- Está fuerte la petisa - sentenció melancólicamente el noble, en un arrebato arrabalero desconocido para él.

Ya en los jardines de su castillo, Lord Fotheringham se apeó y su paje llevó su cabalgadura a la caballeriza. Dominado por un pesimismo que le oscurecía el alma, se dirigió a la fortaleza, acompañado sólo por el sonido metálico de la armadura que lo cubría de pies a cabeza. Sobre el sendero de grava había una piña casi redonda que había caído de un centenario pino que ornaba el parque. El noble descargó sobre ella su impotencia con un puntapié furioso. La piña impactó en una rama horizontal de un roble, que casi tocaba un arce plantado a siete metros, se elevó hasta semejar un lunar en el cielo y comenzó a caer cerca del noble.

Al verla venir desde lo alto, algo sacudió su interior y no pudo resistir el impulso de arrojarse al aire en una rara cabriola para impactar nuevamente la piña con su pie antes que ésta cayera al suelo. La potencia y precisión de su disparo la estrellaron contra la misma rama, para luego rebotar en la hierba y perderse en el follaje de atrás. .

El estrépito metálico de su caída espantó algunas aves. Lord Fotheringham se levantó trabajosamente, con el alma encendida, llena de una sensación nueva, mezcla de alegría y pasión que disipó sus pesares, arrancándole un primigenio grito triunfal con puños cerrados. Recuperó su casco y lo arrojó a un tribuna imaginaria, para luego encaminarse a su hogar, sonriente, sin saber que había metido el primer gol de la historia.

Un día de bronca

12/6/08 Crisis con el campo

Ustedes sabrán disculpar, pero cada día es más arduo abstraerse de la coyuntura.
Este espacio intenta mantenerse al margen de los avatares diarios, pero esta semana quien suscribe se vió desborado ante el show de maldad exhibido en cadena nacional el lunes pasado. En un impresionante montaje se utilizó, con un cinismo supino, el sufrimiento de los más postergados sólo para generar adhesión al demagógico régimen monárquico imperante, a través de una monumental mentira. Difícil mantenerse indiferente y no hacer, como sugiere nuestro Presidente Honorario F.W., una catarsis, a modo de descarga.

¿A quién se le ocurriría desarmar la locomotora para que el tren ande mejor? Sólo a los asesinos de la esperanza.
La realidad muestra un país en combustión. Basta hacerse unos kilómetros de esta metrópoli para corroborarlo.
Ya terminaron los días clave, donde se esbozaba una luz de salida .
Ahora son clavo. Un clavo que, martillado a diario por quienes detentan el poder, entra más profundamente en la carne del habitante de nuestro país provocando no ya dolor sino bronca después de tanto ensañamiento con el martillo. Bronca que crece y va tomando forma de furia, con la reacción a la vuelta de la esquina.

"Quien siembra tormentas cosecha tempestades", dijeron alguna vez. Las tormentas ya se sembraron.
Mucho más se puede agregar, si abrimos el abanico a la política del disvalor en educación, "salud", cultura, etc. pero lo vamos a dejar aquí porque es monstruoso.

El Forro

5/6/08
Transpirado, dolorido y agotado el tipo se sentó en el banco apoyó su espalda y cabeza contra la pared y cerró los ojos. Su brazo yacía sobre el muslo y de su mano, que colgaba lánguida, pendía una botellita de refresco a medio tomar.

Cuando recuperó algo de aire, abrió los ojos y vió al flaco. Ahí estaba sentado en el otro extremo del barcito de la cancha.
Y lo insultó en su interior.
Razón no le faltaba porque el flaco se la había pasado rompiendo la paciencia todo el partido. Pedía la pelota histéricamente, si no se la daban insultaba sin límite, todo el tiempo. Encima, ensuciaba el partido pidiendo mano, foul, discutiendo corners y laterales. Pateaba la pelota lejos mientras el resultado era favorable. "Para enfriar" decía, con sonrisa verdosa. Para colmo de males, caminaba la cancha y ni hablar de marcar rivales.

Tenía ganas de correrlo a patadas en el culo. Así de insoportable estuvo el flaco. Y así de caliente estaba el tipo, que estaba por largarle su bronca, pero se contuvo. El flaco revisaba los bolsillos de su buzo una y otra vez, mientras tomaba un vaso de agua de la canilla. El tipo lo observó mientras apuraba su bebida. El flaco seguía con el mismo trámite, ya algo más ansioso. Todos lo ignoraban.

El tipo se levantó, cruzó el salón, buscó una gaseosa del bar y se la alargó, diciéndole: "Dejá, flaco. Hoy te banco la cancha".

Y hubo fútbol al pie de la sierra

6/08. (basado en hechos reales)

ADVERTENCIA: Los nombres de las personas mencionadas no han sido cambiados. Cualquier semejanza con la realidad no es coincidencia.

Partida

El sol se ocultó intranquilo el viernes, sapiente de la asonada que comenzaba a sus espaldas. Al día siguiente en Córdoba se realizaría el
Encuentro de Fútbol para Padres e Hijos de Colegios de de Mendoza, Buenos Aires, La Plata, Tucumán, Rosario, Montevideo y Córdoba.

La idea fundamental de los padres es que los Encuentros sirvan para enriquecer la relación de cada padre con sus hijos, como asimismo para acercar y estrechar vínculos entre las familias de los distintos colegios.

En Buenos Aires, en la puerta del Colegio, Látigo se enderezó y miró a su alrededor lentamente hasta constatar que no faltaba nadie. Revoleando la laptop invitó a los pasajeros a ascender al colectivo que los trasladaría a una nueva edición del Encuentro del Fulbo Nacional.

El maremágnum de bolsos, valijas y estuches varios fue correctamente arrojado en la bodega del ómnibus y el inquieto pasaje, encabezado por el Doc, tomó por asalto la unidad móvil, en haras de las mejores ubicaciones. -Los niños primero- sostuvo alguno mientras se abría paso a codazo limpio sin distinguir edad y tamaño. La inercia y la fuerza de gravedad hicieron el resto y cada uno tuvo su asiento, con la sonrisa ilusionada de los niños reflejándose en todas las ventanas.

Casi simultáneamente, se cierra la puerta justo atrás del Pollo, el colectivo se pone en movimiento y Quique comienza a recorrer los asientos, planilla en una mano y revólver en la otra, elemento de persuasión para quienes no habían oblado su parte hasta ese momento. A las 21.15 el arqueo cerró satisfactoriamente, para tranquilidad de Bocha de Plata, que había recaudado algunos billetes previo al viaje. Se sospechó que su decisión de partir en auto con su hermano Bocha de Ebano, por la mañana, obedeció a un cierre de planilla poco claro.
Una vez sobre la autopista, el sereno andar de la nave despejó algún nerviosismo remanente y comenzó un semblanteo general, como en el truco después del reparto de cartas, que duró no más de diez segundos, tras lo cual variedad de salamines, chacinados y todo tipo de viandaje vió la luz por un instante, antes de ser consumidos por propios y extraños al mejor estilo de campamento de refugiados. El hambre fue progresivamente reemplazada por la sed, aplacada con estilo en la parte baja por el sommelier Tempranillo, que escanció vino tinto a diestra y siniestra en finísimos y diminutos vasitos de café, tamaño dedal. Con ¼ del contenido satisfizo la demanda, haciéndose cargo él mismo del remanente, favoreciendo así su plácida incursión a tierras de Morfeo.

En el primer piso fluye cerveza de la heladerita del Garza Mora, verdadero manantial dorado que trajo alivio a gargantas privilegiadas. Más tarde, el longilíneo extenderá su interminable anatomía a lo largo del piso del pasillo para entregarse al sueño unas horas. Tan bien durmió que nunca supo que uno de sus hijos se quedó encerrado a las 3 de la mañana en el baño, experiencia extrema que, afortunadamente, no trajo efectos colaterales para la criatura. Quizás porque está habituada a lides de esta índole.
El colectivo iba con pasaje completo, a tal punto que algunos quedaron de a pie. El ingenio, la generosidad y las ganas de rajarse un fin de semana hicieron posible la travesía en automóviles de marca a los peatones. Al ya mencionado de los Bochas, otros tres emprendieron camino a la ciudad mediterránea. Uno de ellos en misión diplomática de Lato. El convoy purgó sus penas remanentes en los 200 km de calle que une las localidades de Carcarañá-Villa María, a una velocidad promedio de 38 km/h. El sandwich de milanga de media hectárea al final del tramo actuó como bálsamo para los viajantes, ya enfurecidos con el plan de infraestructura nacional a esta altura.

Una minoría de èlite (el Yacaré, el Galgo y La Bestia) optó por la vía aérea, amenizando su vuelo con una elegante copa de champagne del estante más bajo de la góndola del supermercado chino más cercano.

A todo esto, a las 22,30 hs se pasa en el colectivo Piratas del Caribe III, con el objetivo de mantener a los niños en sus lugares para descanso de sus padres. Ni una cosa ni otra se logró hasta que terminó a la 1 de la mañana, dado que nadie le prestó atención y el estruendo de cañones, pistolas y espadas de Jack Sparrow, Barbosa y cía. no deja dormir a nadie.
A las 6,15 del sábado el grueso de la delegación Buenos Aires se hace presente en la Docta y llega con éxito al hotel, guiado por el Manso. Será ésta la única ocasión que llegará hasta la puerta dado que en los restantes viajes, sin razón aparente, el colectivo deja a su pasaje a varias cuadras. Observadores suspicaces piensan que al guía local se le entremezclaron levemente las neuronas en las canchas a lo largo de la jornada.

El Torneo
Tímidamente, el sol empezó a orejear el día que se le avecinaba y se dio cuenta que su papel iba a ser fundamental en la gesta que comenzaba. Sin pausa y a ritmo del silbato conductor, en grupos de a tres familias Látigo, planilla en mano, distribuye las habitaciones, sin dar lugar a preferencias de ningún tipo. Al Alfil le tocó un ropero con ducha y al Mono la Suite Imperium. Antes que cante el Gallo, se desayunó y, cambiados y embadurnados de linimento, la turbamulta ya estaba de vuelta al colectivo. Nervios, expectativa y sueño acumulado eran los ingredientes que matizaron el trayecto.

Las sierras, en el horizonte, abrían sus brazos de par en par recibiendo tantos visitantes. El astro rey, en todo su esplendor, brindó luminosidad y calidez al encuentro. El Colegio abrió sus puertas y hospitalidad a todas las delegaciones que se sintieron, literalmente, en su casa. Por los altavoces, se citaron los equipos en las respectivas canchas. La puntualidad obligaba a empezar la competencia casi sin saludar a nadie. El día iba a ser largo y no se podía desaprovechar un minuto. En ese sentido, la organización fue impecable.
Un comité anónimo, patrocinado por la Garza Mora, conformó los tres equipos de manera semialeatoria que representarían a Buenos Aires. Sin aceptar presiones ni sugerencias alineó las formaciones ewn tres equipos: Azul, Rojo y Verde.

Malas personas que se refugiaron en el anonimato sugirieron que alguno de estos equipos debería haberse llamado Buenos Aires 8, aludiendo elípticamente que se trataba más de un grupo coral que un equipo de fútbol.

En una maniobra que se interpretó como generosa por muchos, artera por pocos y como una inteligente avanzada cara al 2009 por todos, Bocha de Ebano y Montaña pasaron al equipo de Tucumán que, con dos integrantes provenientes del Jardín de la República, terminó siendo un rejunte federal.

Apenas pisaron suelo mediterráneo, los niños fueron convenientemente organizados en equipos por edad para su torneo con sus pares de los otros colegios con supervisión de personal docente del colegio que mantuvo un excelente ambiente de amistad a los encuentros. A las 14 hs se coronó el evento infantil con abrazo, medalla, beso y almuerzo con postre.

El torneo de padres consistió en 4 ó 5 partidos en canchas de 7 jugadores de 40 minutos cada uno. Se jugó desde las 9,40 hs. hasta las 17,40 hs.
El campo de deportes se dividió en 4 canchas para su desarrollo: La 1 (Chateau Carreras), la 2 (el Amalfitani), la 3 (la Estepa) y la 4 (la Tundra). El rigor climático previo afectó el tapiz herbáceo en algunos sectores, tanto en coloración como densidad, lo que influyó sensiblemente en la precisión del juego que caracteriza al representativo porteño. Este factor fué esgrimido reiteradamente ante auditorios escépticos como razón principal y casi única de la performance rioplatense.
Todos los equipos estaban dispuestos. La tensión de los abdómenes en las multicolores camisetas hacían del conjunto una suerte de extraños sistemas planetarios integrados sólo por versiones de Júpiter.

Derrotero de Buenos Aires

En el primer turno comenzaron los equipos Rojo y Verde de Buenos Aires contra equipos de La Plata y Mendoza respectivamente. Los azules, echados como hacienda vacuna a la sombra de los árboles que decoraban el predio, los miraban desde afuera criticando socarronamente el pobre aunque entusiasta despliegue de sus pares porteños sin considerar que, en el segundo turno, ellos darían un espectáculo más lastimero aún.

B.A. Azul:

El azar hizo que su participación la hicieran entre el Chateau Carreras y el Amalfitani.
Debut contra el rejunte federal oculto tras el nombre de Tucumán, capitaneados por Zapatilla, secundado por Bodega y asesorados por Bocha de Ebano y Montaña. El Picante, con media sonrisa en su rostro parece decir -Ahora van a ver lo que es fútbol. La sonrisa dio paso a un extraño rictus cuando Araña fue a buscar la pelota en el arco por segunda vez. El Bisonte y el Potro empezaron a cruzar miradas. El Yacaré se despierta antes que lo hagan cartera y descuenta. Florece la esperanza, que se marchita con el silbatazo final del juez.

En el partido contra los cordobeses, más tarde ganadores de la plata, La Bestia decidió pasar al ataque en algunas ocasiones, generando el pánico hasta tres cuartos de cancha. El Aspero quiso generar juego, combinándose con la altísima sensibilidad del pie del Pony. A primera vista, el equipo parecía una máquina. -Esta vez sí- se dijo el Pollo, en cada proyección por la raya de cal. Aroma a triunfo había en el aire, hasta que un contragolpe de mediana velocidad sorprende a una defensa lanzada al ataque y ajusticia a la Araña antes que ésta terminara de tejer su impermeable tela. El orgullo Azul se saca la modorra de encima, se lava la cara y despierta. -¡La segunda etapa es nuestra!- vociferó el Picante. Y allá fueron. A Látigo se lo vio relajado, disfrutando de cada jugada y raspando rivales a reglamento. Corner para el equipo color mar. El pie del Pony se hizo mano para colocar la pelota justa en la aparición casi etérea del Gavilán, sobrevolando el área a 1,5 cm de altura para su preciso, mas bien quirúrgico cabezazo. -¡El gol del siglo!- estalló la platea volcando tazas de té y masitas, aludiendo claramente a la suma de edades de artífice y ejecutor de la conquista. Volátil alegria, merced a sucesivas y fulminantes conquistas serranas, verdaderas bofetadas de humildad a la escuadra Azul, reflejado en el 1 – 3 final.

El partido con los rosarinos invitaba al optimismo. El Bisonte leyó una zaga permeable y se soltó para perforarla, como en un bowling humano. Atraído por su nombre, se mantuvo en la medialuna, sin importarle si era de grasa, de manteca ó del área. Le reclamó a su hermano el Potro que le pusiera el pase justo en la punta del botín, para ejecutar al arquero oriundo del río Paraná. Viendo que la táctica carecía de la sorpresa suficiente y muy efímera, por cierto, el Bisonte fue a por su sándwich de milanga y se prendió un faso. El Pollo picoteó el área un par de veces y el Gavilán se mantuvo en el punto de penal, atento a todo, sin perder detalle da cada jugada. La Bestia empujó al equipo adelante, a matar o morir. Y fue morir, nomás. Todo el empeño que pusieron el Potro y Látigo fue estéril. El 0 - 2 indicó el camino de la peperina.

A esta altura, la integridad física y anímica tenían igual grado de deterioro. La semifinal de la Peperina por delante contra otro combinado local le hizo lamentar al Aspero - ¡Otra vez sopa!. Penoso trámite a esta altura del día. El Pony se arrastraba, al Yacaré se le acalambró la mandíbula y al resto del equipo le era un esfuerzo observar el trámite. La exhibición protofutbolística fue un martirio sólo para el juez, ante la ausencia de público. Látigo deambuló por su sector y la Araña trabajó a destajo. Al Picante se le habían acabado las ideas hace rato y La Bestia y el Gavilán se ayudaban a mantenerse en pie. El Bisonte daba cuenta de la cantina, anotando el costo de lo consumido a nombre del Potro. La autoridad no adicionó ni un segundo al 0 - 2 definitivo. La Escuadra Azul allanó así su camino a una ducha caliente.


B.A. Verde:
Hizo de local en la Tundra y de visitante en la Estepa, cosa que llamó la atención recién al día siguiente. Trascendió que algo se digitó en la penumbra al momento de repartir sedes.
Todavía bostezando, debutó contra La Plata I. El color de su camiseta contrastaba con el campo de juego. Partido de estudio, Zarigüeya manejó la tablilla táctica al estilo de Greg Popovich, coach de San Antonio Spurs. Un lujo excesivo resulto contar con dos arqueros: El Pulpo y el Muñeco. -Hay que tomar al 5- remarcó Garlopa. -Yo tomo al 8- se comprometió Escarpín, rumbeando a la cantina a servirse un anís “8 Hermanos”. Como no estaba permitido jugar descalzo, le facilitaron 3 ó 4 pares de botines, cosa que no mejoró demasiado su despliegue. La cautela hizo del juego una disputa ajedrecística de poco intelecto. Lato se dedicó a hacer correr al alcanza pelotas hasta dejarlo exhausto. Parece que su último disparo, ligeramente desviado, cayó en su Polonia natal. El gol sobrevoló las áreas, pero no se hizo cómplice, dejando el marcador en cero.

El empate y algunos destellos del Canelón, que pisó y amasó la pelota como al mejor de sus gnocchi, la solvencia y rigor del Gallo, estimularon el optimismo de la Zarigüeya, que volvió a plantar el equipo para el partido con Mendoza I, equipo que terminó adjudicándose con justicia el áureo trofeo. El Manso supervisó el lateral derecho y Siesta el otro, aún bostezando. Cerrada disputa que no se dirimía en ningún área. Boya Lagunera se erigió como referente de la cancha, ubicado en el medio, como una aguja de reloj de sol humana, utilizando el círculo central como cuadrante horario. Copiando a su hermano el Mono, el resto del equipo se colocó tapones de algodón en los oídos para evitar escuchar los interminables monólogos del Boya. El segundo tiempo se inició con el marcador cerrado y trámite equilibrado. Hasta que H. A. le ganó 20 cm al Escarpín y rompió el arco y el partido. Una segunda ráfaga fuera de contexto pone el tanteador 0 – 2 y rompe las ganas también. Un cabezazo del Mono en la polvareda del área pone el marcador a tiro. Ilusión que se quiebra con la última conquista andina para el 1 – 3 final.

El resultado contra Rosario definía el destino de ambos equipos. Ambiente de final. El ganador iba por la plata y el derrotado por el yuyo serrano. La estrategia de la Zarigüeya consistió en anular el pie de Lucas, labor ejecutada alternativamente por Garlopa y Escarpín. El Pulpo se estaba poniendo el buzo, por eso no vio el primer gol. 0 -1 y a remontar de vuelta. Canelón frota su pie y distribuye juego. Lato bombardea el área rival. El Gallo se proyecta con suerte variada, el Boya sigue hablando y el Mono convierte. Otra vez, el triunfo al alcance de la mano. Hasta que llega el disparo al arco, rechazo con los puños del Muñeco, rebote en la nuca del Gallo y la pelota adentro. 1 – 2.

La sombra del Boya indicaba las 16 hs en el círculo central cuando comenzó la semifinal de peperina vs. los Toneles de La Plata y su fútbol bizarro. Lato adujo una misión diplomática e hizo mutis por foro, como rata por tirante. Siesta se ofreció como chauffeur, pero fue rechazado. La estrategia platense fue plantear la disputa en el plano psicológico, a través de variados números revisteriles de grueso calibre, a cargo de Garrafa Chica y Garrafa Grande, festejados sonoramente por una numerosa claque al borde de la raya de cal. La táctica casi da resultado. Al Escarpín se le quemó la peluca y pidió el cambio. El Gallo cacareó y volvió algo de orden. Así maduró el gol de Canelón. -Todo dominado- tartamudeó la Zarigüeya, disponiéndose a entrar a la cancha.
Pelota llovida y el Pulpo se fue a descolgar una manzana del árbol. 1 – 1 y volver a empezar. Otra artera maniobra distractiva platense casi rinde sus frutos, al hacer ingresar un jugador en jeans y alpargatas. Su disparo rozando el vertical del Muñeco trajo seriedad, Siesta se proyectó con atropellado criterio y maduró la conquista del Mono. 2 – 1 y a la final.

El remanente de Córdoba, con poco fútbol y mucha mesa bien servida, se había comido a B.A. Azul. De todas maneras, éstos dijeron a los de color pasto regado: -No pueden perderlo- Acorde a la coyuntura nacional, Zarigüeya convocó a asamblea, que decidió ir con todo y por todo. La pequeña gloria herbácea estaba ahí. Las patitas de varios ya temblaban y sus intestinos crujían. Con ambiente distendido, comienza el partido. El Pulpo se había comido las manos con el especial de milanga de mediodía y la prótesis de poliuretano expandido que utilizó no bastaron para contener un tímido disparo. 0 – 1. Un iceberg apareció en la cancha. Sin físico ni raciocinio, sólo el alma llevó el equipo adelante y el Mono, otra vez, pone la igualdad. El Manso vuelve al juego patrullando el sector izquierdo de la cancha, el más cercano a la sierra. Siesta ya no vuelve de su última proyección, Zarigüeya empuja y el Muñeco manda el juego hacia el otro arco, a puro pelotazo. La sombra del Boya marcó tiempo cumplido, silbato y a los penales.
Dos series de 3 penales definirían la disputa. En caso de empatar, series de un penal por lado hasta concluir. Inicia el Boya con un fuerte y certero disparo a ras del piso, fuera del arco. El primer remate cordobés termina en el pedemonte serrano. El Mono le pega de punta directo al arquero. El Muñeco cae desmayado hacia su izquierda y el local toca la pelota hacia el otro lado, convirtiendo. El destino estaba en los pies de Canelón. -La glorificación o la cana- se dijo y allí fué. Más que una masita, un sorrentino fue lo que le mandó al arquero. En un gesto de caballerosidad, éste se arrojó para contener el envío, pudiendo parar la pelota con el pie. Los locales enarbolaron el yuyo y el verde a buscar revancha en el tercer tiempo.

B.A. Rojo
Alternó sus partidos entre el Amalfitani y la Estepa.
No debió esforzarse mucho para superar por 3 goles a 0 a los toneles de La Plata y su show interactivo. Uno tras otro, los goles fueron llegando, ya por la Garza, ya por Nippur y Tempranillo. Posteriormente, Clarinete dijo presente en el ocre césped, poniéndole pausa al trámite. Cinco minutos después del final hubo que pararlos, porque seguían corriendo para todas partes. Un par de despistados consultaron a los organizadores si se trataba de una competencia de atletismo. Al Notario le pesó la chapa de candidato que implicaba el abultado triunfo.

Poco le duró a este equipo premium su alegría y autoestima. El 0 a 2 contra los cordobeses, a la postre subcampeones, los bajaría a la tierra. Si bien el ritmo vertiginoso continuó, el Doc comenzó a trabajar de una buena vez, justificando así haber traído su equipo de guardameta en el equipaje. Un gol en cada tiempo minó el optimismo del conjunto color sangre. El Garza Mora, counsellor del equipo, arengaba: -No se preocupen. Nosotros vamos a traer la de oro de Tucumán. Ya van a ver- El Alfil se encogió de hombros y fue a buscar una bebida energizante, sin decir esta boca es mía.

El Ingeniero movió el tablero y se le volcó el chimichurri. Bocha de Plata se erigió como columna de juego, que ganaba vértigo cuando el útil caía en el enjambre conformado por el Galgo, Nippur, Tempranillo y el Notario. El 0 - 1 actuó como un toque de fondo y posterior resurgir. Ráfagas de fútbol se abatieron sobre el arco andino, hasta dar vuelta el resultado, casi definitivo hasta el empate mendocino, merced a una ligereza del el Doc, que decidió ponerse desodorante en pleno ataque rival.
No obstante el 2 a 2 contra Mendoza III, las matemáticas lo colocan en la definición para la Copa de Plata, emblemático trofeo argento que el equipo Azul obtuvo, con menos recursos técnicos, el año anterior en Rosario de la mano de La Cal.

Semifinal por la plata. Los rojos enfrentan al equipo homónimo al trofeo en disputa. El Ingeniero diseña una táctica infalible, que no fue seguida al pie de la letra por sus intérpretes. Partido de hacha y tiza, con destellos de elegancia del Alfil, el Rojo mantuvo la ventaja todo el partido. Nuevamente, el 2 - 1 resultó un parcial fatídico. La Plata apura un lateral mientras los porteños se servían el café con leche y empatan. Un glaciar cayó en el alma roja. Bocha de Plata no encontraba consuelo y la cara del Galgo viró del rojo Trapal al verde botella.
Y germinó un prócer. En la agonía del partido, mientras se confeccionaba la lista de ejecutores de la pena máxima para la definición, el Notario, como un Leónidas del fútbol, fue en busca del triunfo y obtuvo su recompensa. 3 - 2 y pase a la final. En la montonera del festejo le afanaron la billetera. Más tarde, se lo vió a Nippur repartiendo helados a los niños, como un Robin Hood pediátrico.

La final contra el equipo local se disputó con lo que quedaba en el fondo del alma. El Galgo seguía corriendo y el Ingeniero, desde afuera, le corregía el rumbo. Clarinete agitaba suavemente su vaso de scotch on the rocks, alentando a la voz de -¡Vamos muchachos!- alternando con -¿No me alcanzás otro hielito?- El tanteador era esquivo y adverso. El 1 – 2 sentenciaba ya el destino rojo. Tempranillo, agotado, confundía el arco con el banderín del corner. Una maniobra desesperada y artera, urdida por una mente alterada ajena al equipo, cambió el destino del partido. En un gesto humanitario, el Doc tuvo que atender un niño lastimado por mano anónima, cosa que fue registrada por medios gráficos. El partido se reanuda.
Y el prócer se hizo leyenda. En un arrebato, el Notario, que estaba fuera de la cancha, pide el cambio. Manda al Ingeniero a la ducha y espera el tiro de esquina que iba a ejecutarse, luego del cual terminaba el partido. ¿Mito ó milagro?, la defensa mediterránea va sobre la anatomía de la Garza Mora, dominador absoluto del primer y segundo piso de la cancha, dejando en soledad al Notario, que rubricó la jugada con un estético cabezazo que anidó la pelota en la red. Festejo contenido, dado que se avecinaba la definición de tiro penal.
Una luz de esperanza renació al tiempo que la sombra de La Cal emergió tras la sierra.
En la lotería de los penales el Doc es afortunado en el amor. Con sorprendente plasticidad se arrojó al lado opuesto al que fue la pelota. La definición quedó en el exquisito pie de Bocha de Palta, cuyo remate se queda en las manos del arquero cordobés y con él, el trofeo. La Cal, a 700 km., respiró con alivio mientras apuraba un gin tonic.


Festejamiento.

Con el último penal concluye el torneo. Sólo Mendoza da una vuelta olímpica. El resto de los presentes no podía dar un paso. -Estoy arruinado- dice el Gavilán sin poder dar un paso. -Es la montaña- lo ilustra un local. -¿La altura? ¿El aire de la montaña?-, pregunta Nico. -La montaña de años que tenés, guaso!- sentencia el serrano. A las 18.15 hs., los despojos humanos son trasladados rumbo a una ducha larga y caliente.

Un innecesario, inoportuno e involuntario tour por la Docta demoró la llegada de la comitiva al hotel. Por la cañada pasan unas 5 veces y el Manso no acertaba en sus indicaciones, ó los choferes no le entendían, y el periplo continuó hasta que un porteño, más precisamente de Balvanera, corrige el desvío. A las 19,15 hs. se llega al hotel y, antes de bajar Quique se planta en el pasillo del colectivo y avisa -¡1 hora y cuarto para ducharse cambiarse y bajar! ¡20,30 vuelta al Colegio para escuchar misa!- El tropel lo arrastró hasta el lobby del hotel.

A las 21.30 se celebra la Santa Misa con el oratorio del colegio desbordado. Luego, los presentes se agolpan en el comedor. Varios niños van quedando en el camino, dormidos en sillones del pasillo. En el salón se dispusieron con primor varias mesas que ocuparon las delegaciones.

El desfile de bandejas con todo tipo de alimentos fueron atacadas con voracidad y escasa educación en algunos casos. Apareció más comida (empanadas, ñoquis con tuco, locro y unas pizzas de antología) y los comensales no dejaron plato por probar ni vaso por trasegar. Buenos Aires ganó la competencia del tercer tiempo por varios cuerpos. El trofeo se lo llevaron dentro, bajo el corazón. La bebida templó los ánimos y la combinación comenzó a hacer efecto. Con la batuta del Panza el show comenzó.

Se entonaron canciones y recitados alegóricos a la jornada vivida. Cualquier cosa justificaba un brindis, con repetidas coreografías de copas en alto. Tucumán fue designada sede de la edición 2009, honor que recayó en su breve delegación bipersonal, encabezada por Zapatilla. Nuevo brindis por la nueva sede y pocas palabras de Zapatilla, cosa que fue celebrada con otro brindis.

La sorpresa fue la aparición de Doña Jovita, personaje de traslasierra que, por lo que se pudo entrever, actuó amordazada. Varios quedaron interesados en asistir a un show a boca suelta.

Emotivo momento fue la entrega de premios, culminando con la copa de oro para Mendoza, indiscutido y más que merecido ganador. Más brindis y alguno ya se tambalea. Un diario recién editado con los sucedidos de la jornada y una colorida remera fueron los recuerdos materiales que cada uno se llevó. Los otros recuerdos, mucho más numerosos, estaban en el alma.
A la 1,20 se emprende el regreso, ya penoso, al hotel. Hay hijos que no aparecen y padres que parecen no querer encontrarlos. La Providencia actúa y Quique encuentra a su hijo dormido abajo de una mesa. El de Tati casi se va a las cocheras de los bondis, acurrucado bajo un asiento. Una persecución al estilo de los Duke de Hazzard lo rescata de las entrañas metálicas del colectivo.


Retorno

La ingesta y las fuertes emociones hacen eclosionar varios organismos durante la noche. Meteorismo, vulcanismo y todo tipo de pirotecnias ensombrecieron el aura del Uritrorco durante una jornada. Afortunadamente, no hubo que lamentar víctimas fatales. Plácida noche para unos, volcánica y tormentosa para otros, el despertar fue difícil para todos. Al toque de diana, pensar en abrir un ojo hacía doler toda la espalda y las piernas. Abrirlo involucraba al resto del cuerpo en el dolor. La alternativa de quedarse a pie en Córdoba fue suficiente estímulo para estar prestos a las 9.30 para emprender el regreso.
El convoy de autos parte a las 11.30, dado el retraso de Marcos, provocado por “algunos trámites” que demoraron a Juan, su anfitrión, en llevarlo al hotel. Parece que recién a las 11 hs encontraron suficiente explosivo para hacerlo madrugar.
De todas maneras, esta demora sirvió para ir recogiendo los pedazos de jugadores que caían del colectivo que había partido más temprano.

Se hace un alto en las afueras de Rosario donde la parcialidad gallina presencia el primer tiempo del Boca- River con la boca abierta. Los restantes no paran de abrirla y cerrar con las provisiones que consiguen en el parador, que las despacha en cantidades industriales.
A las 19,30 hs. El colectivo se detiene en el Colegio. El fotógrafo baja en primer lugar y registra imágenes de alegría entre los que llegan y quienes los reciben.

Ya se habla de Tucumán 2009.