viernes, 12 de junio de 2009

En el Rosedal

17/7/08
Sabrán disculpar, pero no puedo esperar a mañana para mandar este mail ni evitar el tema. Va muy en caliente, así que va a haber varios deslices y olvidos.
El martes pasado varios estuvimos en la historia al pie del Monumento de los Españoles y, más tarde, continuamos escribiendo la historia de nuestro Fulbito Terapéutico.

Ayer a la tardecita la pantalla gigante del rosedal lanzaba imágenes de senadores más ó menos lúcidos y más ó menos creíbles fundamentando posiciones a un auditorio de más de mil personas, al aire libre y una casi milagrosa temperatura templada para un 16 de julio. Boina, gorra, alpargata, una muralla de baños químicos, banderas argentinas, pancartas de movimientos piqueteros. Izquierda, derecha, arriba y abajo, tambien del medio, departían al ritmo del chori a $3 y gaseosa a $4. Nada era gratis, sólo la esperanza.

Ya era de noche cuando habló la colorada atrificial desde la pantalla y se le quemó la peluca a varios. Antes de terminar mi gaseosa de malta, me ví coordinando un grupete de la CCC en la "reducción de calzada" de Figueroa Alcorta y Sarmiento, al pie de Justo J. de Urquiza que, desde su inmóvil caballo, miraba un horizonte mejor. Otro cuadro militante me ofreció mandar algunos muchachos del otro lado. Le agradecí pero no hacía falta. Había que dejar algo de paso. Uno se bajó del auto a saltar porque no era pingüino y apareció una figura inflada medio rara, verde y amarilla: "El Monstruo de la Soja" me explicó un entrerriano desde su sombrero cuasi cow boy. El toro Alfredito posaba para las fotos.

La pancarta Túnel Paraná partió por av. Sarmiento rumbo a lo desconocido, como una tropa de cebúes que ganan el campo. Levantando un superpaty partimos con la ágil columna cuya vanguardia alcanzamos en el botánico, por Av. Santa Fe. La tibia noche favorecía la convocatoria. Cuatro cuadras de personas golpeando cualquier cosa que haga ruido avanzaba. De los balcones la gente aplaudía y muchos bajaban a sumarse a la marcha. El tropel llegó hasta Callao y algunos querían ir al Congreso para que otro muera en la segura refriega que se armaría. Privó la lógica y se continuó hacia el Obelisco. Alrededor de tres mil personas invadieron los carriles centrales rumbo al enhiesto monumento. Cordones policiales con escudos y espectantes carros hidrantes disuadieron el intento de algunos que soñaban ir a la plaza del amor y los sueños. Aparecieron las cámaras y, con ellas, la negra Alarcón, la colo Ripoll y Toty Flores. Más tarde, Nito Artaza completó la macedonia política-mediática, luego de su función con plumífero elenco.

La versión del empate fué festejada por el MST y los hijos del campo en un abrazo heterodoxo, global y circunstancialmente sincero. Un infaltable agorero desmintió la versión del empate. Mientras entrerrianos confraternizaban con señoritas de amplia y singular belleza urbana, un sujeto pseudo suicida insultó a los presentes, tildándolos de cobardes y pagados por Kirchner por no ir a morir al Congreso. Casi lo siguen algunos y, al final, se fué solo. Nada más se supo de él. Varios se tiraron a descansar en el cruce de Cerrito y Corrientes, un lugar en el que, normalmente, no hubieran sobrevivido más de 8 segundos. Una feroz pelea de canes reavivó la euforia general y ya se corrían apuestas a favor del negro mastín cuando los separaron de un certero botellazo. Apareció el hermano del viejito que arregla a Woody en Toy Story 2 y de las treinta palabras que dijo, sólo podemos escribir cuatro: "Estos... hijos ..... de mil .....".

La posibilidad de ser saludados por D'Elía que anunciaron los agentes del orden, motivó el rápido regreso al rosedal, cuya fauna había sufrido algún cambio con el avance de la noche. Raras transacciones de servicios se gestionaban en la penumbra. Mientras tanto, la pantalla emitía una tensión creciente a medida que se acercaban las definiciones. Dos mil personas expectantes, angustiadas y sedientas pagaron $6 la botellita de seven up. Un taxista, muy parecido Próximo, el dueño de Maximus en Gadiador, insultaba y apaludía con la misma ferocidad a los senadores según su intención de voto. La tensión ya dolía y Pichetto sacaba lo peor de cada uno con sus zarpazos verbales. El terror se veía en sus ojos enmarcado por teñidas cejas y cabellera bicolor vinílica. Se extendía en sus diatribas y todos temían por la frágil salud de Carlos, que arrastraba su voto con ella. A votar y que Carlos no se equivoque de botón...Parda 36, grito de gol y vamos de vuelta.
Nadie respiró mientras Cobos era Kobos y volvía a ser Cobos en ahogantes 27 minutos. Propuso un cuarto intermedio y siete personas cayeron acalambradas.
Blasfemando, Pichetto se tiró al vacío.
Que Carlos no se equivoque de botón, por favor! ¡Parda 36 de vuelta! Y nuevo grito de gol, pero inmediatamente venía el penal.
La dirigencia ruralista sube al escenario para que le digan el resultado bien en la cara.
¿Quién patea? ¿Cobos ó Kobos? Unos minutos preparando la pelota, tomando carrera, un respiro y miró el arco. Cuando arrancó ya se sabía quién pateaba.
¡¡GOL de Cobos y el proyecto al sótano, canejo!!
Estallido total, himno a capella a las 5 am, Alderete se abrazó con Miguens y la Virgen aparece en el escenario, en brazos de Llambías.
La brisa, suave y tibia, comenzó a soplar desde otro lado.

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