martes, 9 de junio de 2009

Cuando se corre un arco

30/5/08
"Nos corren el arco", vieja frase muy en boga estos días.
¿A quién se le ocurriría mover un arco en medio del partido? Hay que ser medio huevón para intentarlo.

Me hace acordar a aquel bolas de la canchita del bajo. No me olvido más.
Si bien la noche estaba fresca, el picado estaba calentito, chivo en serio. Nadie jodía ni regalaba nada. El juego estaba en el otro arco, un verdadero asedio con el gol al caer. Encima, era gol gana. ¡Gol gana, viejo! El pancho y la coca de arribeños mirándole la carita a los que pagaban y, además, te alcanzaban la mostaza. ¡Flor de trofeo!

No sé que le pasó a este pajarón que teníamos de arquero. De golpe se la dió de Sansón ó Rubén El Ancho Peucelle, andá a saber. Se paró en el medio del arco y quiso levantarlo, como un campeón olímpico de pesas, y llevárselo vaya uno a saber dónde y para qué. Como era medio larguirucho le sobraba la altura.
Imaginátelo al flaco, bien afirmado en sus piernas largas estiradas y separadas, los brazos extendidos hasta quedar casi doblados para atrás. De frente tenía forma de X el tipo y para mantener el equilibrio estaba medio arqueado para adelante, como queriendo abrir una puerta con el ombligo. La postura lo obligaba a mirar para arriba, controlando el equilibrio inestable del travesaño. ¡Levantó el arco como medio metro, el mono! Parecía una escultura hecha por un enajenado.

Por eso no vió venir el contragolpe. Bajó la vista cuando oyó el zapatazo pero, por más reflejos que tuviera, no le dió el tiempo. El impacto sonó como una explosión ahogada, submarina.
Cayó doblado como una bisagra, sin hacer ningún ruido. El arco quedó en su lugar, balanceándose peligrosamente. Un quejido asfixiado fué la única manifestación de vida del pobre cristiano. Con el criquet de mi fitito pudimos enderezarlo y recuperar la pelota que había quedado atrapada en el nidal de sus entrañas más sensibles.

El partido terminó empatado y al flaco le hicieron una tomografía. Hoy te habla con voz aflautada, pero se le entiende. Juega de 7.

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